Forza Horizon 4, impresiones exclusivas: Dios salve a la Reina

Hoy nos adentramos en un sitio especial para cualquier seguidor del mundo del motor. Uno en el que convive el pasado, presente y futuro de la marca en un mismo centro de operaciones. Firmando gran parte de la historia de categorías como la Formula 1, grandes como Prost, Lauda, Piquet, Senna o el propio Fernando Alonso han pasado por sus volantes. Nos referimos a McLaren, que cede su cuartel general en Woking, Reino Unido, durante unos días para la presentación europeo de uno de los títulos de conducción más esperados del año.

La división Xbox conoce de sobra la importancia del lanzamiento de Forza Horizon 4. Playground Games ha conseguido con arduo esfuerzo llevar la fórmula clásica de Turn 10 a un ecosistema donde la libertad se toma por bandera. Corre, salta y compite como quieras en el asiento que quieras. Los límites los pones tú. Como no podía ser de otra forza, esta cuarta entrega brilla con luz propia debido a las inéditas características que brinda dentro del género.

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A tan solo unas semanas de llegar al mercado, la compañía invita a varios medios de toda Europa para probar de primera mano lo que está por venir, siendo MeriStation la única representación española en el evento. De esta forma, gracias a Xbox España damos el pistoletazo de salida al festival Horizon durante una hora para contaros qué nos ha suscitado tras nuestro breve paso por él.

A song of ice and tyres

Como viene siendo habitual en la franquicia, saltar a la acción será cuestión de segundos. La filosofía tras Horizon es clara: no dejar lugar al descanso. El prólogo es una presentación perfecta de lo que está por venir en horas venideras. Esta ruta de presentación nos hará pasar por las cuatro estaciones del año, la principal novedad del título. Otoño, invierno, primavera y verano serán las encargadas de llevar el ritmo de la acción.

Conducir en una estación u otra cambia radicalmente las sensaciones al conducir. Las lloviznas otoñales pueden surgir de la nada, haciendo que la superficie sea resbaladiza y pueda cambiar las tornas de una carrera aparentemente tranquila. Invierno, por otro lado, es la más complicada de dominar. La nieve acumulada y las placas de hielo resultantes de la tormenta invernal hacen de la conducción una tarea realmente difícil. Aquí hay que cambiar la mentalidad, tendiendo a ser seguros y cometer los menores riesgos posibles. Blizzard Mountain, expansión de Forza Horizon 3, ya coqueteó con estas condiciones climatológicas, pero en esta entrega se ha querido llevar más allá el impacto de la nieve a los mandos.

Primavera y verano, en cambio, serán las más tranquilas en condiciones, aunque bien es cierto que la primera seguirá permaneciendo en el aire algún cambio drástico en la meteorología. Pese a que el prólogo cambia entre una y otra por cada escena, durante el modo principal será bien diferente. La progresión mediante el desbloqueo de nuevos escenarios del festival se ha reemplazado en pos de aportar mayor variedad de pruebas. Cada semana del juego planteará una estación; nuestro deber será obtener puntos por todos los eventos disponibles para poder clasificarnos para el festival de la estación que viene. La principal meta tras las cuatro semanas será alcanzar “la gran carrera” veraniega, un compendio de pruebas que nos llevarán al límite y que pondrá punto final a la temporada, y así sucesivamente.

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Aunque pueda parecer un retroceso en la oferta a disposición del jugador, nada más lejos de la realidad. Las misiones de otoño, por ejemplo, serán diferentes de las de primavera, y las que estén atadas a un progreso argumental quedarán relegadas a su continuación mediante el progreso natural del calendario. En este sentido, denota un cambio de tono hacia tintes más cinematográficos. Una de las novedades en cuanto a objetivos son las pruebas de especialista en situaciones de riesgo. Deberemos ayudar a una productora que se encuentra grabando su película haciéndonos pasar por el protagonista de turno en tramos de conducción que conllevan momentos peliagudos. Dependiendo de la valoración que obtengamos (de una a tres estrellas), recibiremos una u otra recompensa. Todo acompañado del atrezzo cuidado alrededor y las secciones de vídeo que nos pondrán en preaviso. Como no podía ser de otra forma, las carreras callejeras, campo a través y los duelos especiales con otros vehículos siguen presentes.

Reino Unido en todo su esplendor

Se podría decir que Forza Horizon 4 es una obra de autor. Aunque no podamos personalizar en una sola persona, sí es cierto que el sello británico impera en todos los rincones de esta porción de Reino Unido. No es casualidad: Playground Games se asienta sobre la misma tierra del juego, por lo que han querido mimar hasta el más mínimo detalle para introducir a los usuarios en un universo creíble, creyéndose parte activa del escenario. De hecho, algunas zonas están extraídas de la vida real y pueden ser visitadas en cualquier momento. Cambiando de tercio, será posible adquirir hogares que harán las veces de puntos sociales. Además de acudir junto al resto de tus amigos, será el centro de vestuario donde cambiar la indumentaria del avatar. Un sistema parecido al integrado en Forza Motorsport 7, desechando los monos de pilotos y entrando en profundidad a la personalización de pantalones, camisetas, accesorios, etcétera.

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Las estaciones no solo cambian el catálogo de pruebas o las superficies del territorio; también el mapa en sí. Pese a que las secciones que hemos podido probar con libertad corresponden a otoño (salvo la presentación), prometen que los cambios se sientan también en cuanto a las opciones jugables en nuestro poder. Por ejemplo, uno de los grandes lagos situados en la parte izquierda, quedará congelado el invierno para que podamos derrapar y atravesar cuando queramos.

El código preview al que pudimos acceder corría en una flamante Xbox One X. La obra luce espectacular a 4K y HDR, mostrando unos paisajes preciosos y nítidos. El equipo siempre se ha caracterizado por empujar los límites del hardware en su poder. La obra original, sin ir más lejos, era toda una proeza técnica para una consola que ya tenía más de seis años a sus espaldas. Siempre está la corriente de pensamiento que prefiere los sesenta fotogramas dentro del género, algo normal debido a la precisión de los movimientos que debemos realizar, pero hay que poner los pies en el suelo: la estabilidad con la que mantienen los 30 fotogramas es digna de aplauso, creando una suavidad en la transición de las imágenes sin parangón. En ningún momento echamos en falta incrementar la cifra.

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La obsesión enfermiza por el detalle también repercute en los vehículos. Más de 450 automóviles nos esperan a todo lujo de detalles, gozando de escaneo total en interiores y exteriores. Desde el McLaren Senna que protagoniza la portada, hasta el Alfa Romeo P3, pasando por el imperecedero Aston Martin Vanquish, Audi Sport quattro y Ferrari 250 Testa Rossa (entre muchos otros). Charlando con algunos miembros del equipo allí presentes, nos desvelaron algunos entresijos a la hora de transportar los coches al juego.

Aunque la mayoría de marcas suelen aportar su granito de arena durante los eventos privados de grabación, en algunos es una tarea realmente complicada, bien por la nula cooperación o por la falta de modelos disponibles. Para ello, acuden a coleccionistas privados que donan durante unas horas sus preciadas joyas. El trato es simple: su coche aparecerá en el juego. Para algunos es combustible suficiente; para otros, el simple hecho de fardar de garaje es motivo de peso para desempolvar sus carrocerías. En el caso de que sea imposible de todas las maneras, acuden a las bibliotecas digitales donde extraen la información de proyectos anteriores y así moldearlos para el motor actual.

¿El mejor de la saga?

Es difícil desprenderse del controlador. Queremos seguir pilotando más y más por las bellas praderas escocesas. Sigue siendo la “roca” jugable que siempre le ha caracterizado, algo que debemos de agradecer. Ya sea para amantes del motor o simples jugadores que se divierten haciendo el loco al volante, todos tienen su pequeño hueco en el mundo Horizon. Esa hora que hemos podido pasar en él nos ha dejado con ganas de poder sentir la versión final con la mayor prontitud posible. Por fin han encontrado una mecánica diferenciadora del resto de competidores gracias a la introducción de las cuatro estaciones.

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Si algo pedíamos a gritos en anteriores proyectos era ese cambio de rasante respecto a la monotonía que podía salir a la luz al cabo de las horas. Sendas expansiones de Forza Horizon 3, la comentada anteriormente y Hot Wheels, eran prueba irrefutable de que no siempre más es mejor; tan solo una experiencia diferente de los campeonatos que tanto hemos participado. Horizon 4 consigue plantar la semilla de la variedad, lo que nos deja las mismas virtudes elevadas al cubo. Tras terminar con el otoño, da la sensación de que lo mejor está por llegar, y eso lo sabremos el próximo 2 de octubre una vez llegue al mercado.