Far Cry 5: Perdido en Marte, Impresiones

Por: Borja Ruete

No importa que la secta de los santitos domine el condado de Hope, tampoco que sus fechorías, que incluyen coqueteos con drogas más manipuladoras que la burundanga, estén condenando a casi toda la población. Para el aspirante a senador Hurk Drubman, lo único importante es su maldita campaña electoral. Repanchingado en su mecedora, puro en mano, fusil en el regazo, el veterano político diseña su hoja de ruta y decide que no estaría mal que unos cuantos integrantes del culto fallecieran “por accidente”, tal vez por un desafortunado disparo en la cabeza, una bala perdida, ya saben. Eso le aseguraría unos cuantos votos indispensables para su victoria en las urnas.

Sin embargo, antes de lanzarse a la carrera por el Senado, necesita recuperar a toda costa la furgoneta de campaña, perdida por su estúpido hijo, Hurk Drubman Jr. El joven, cuyas únicas inquietudes son el alcohol, las chicas y los lanzacohetes, es un desastre deslenguado que combina su poco seso con su pasión por disparar contra blancos en movimiento. Una noche, el mecánico y aviador militar Nick Rye, feliz padre de una niña recién nacida, conduce agotado por las carreteras de Montana. Acaba de hacer la compra y lleva una caja de pañales para su hija. El eslogan reza: “Es como mear en una nube”. De pronto, cuando ya está pensando en descansar junto a su familia, recibe una llamada de Hurk Jr, que como es habitual, recita una retahíla de palabras inconexas.

¿Quién le iba a decir al bueno de Nick lo que le iba a ocurrir a continuación? Nadie se lo creería. En plena conducción, una vaca se materializa repentinamente y el joven piloto se ve obligado a pisar el freno con fuerza. A continuación, una luz cegadora barre el horizonte desde el cielo, se despliega de forma vertical y el pobre animal es abducido. En un desesperado intento por evitar correr la misma suerte, Nick abre la puerta de su coche y se lanza al exterior. Por desgracia, su destino está sellado. Sin poder hacer nada, asciende a un mundo desconocido.

Hurk se convierte en robot

Cuando despierta, se ve en el interior de una estructura futurista. Las paredes metálicas y unos instrumentos que parecen sacados de una película de ciencia ficción le hacen ver que o bien se halla inmerso en una terrible pesadilla o que, efectivamente, ha sido abducido por los extraterrestres. Sus temores se confirman en el momento en que se topa con Hurk Jr, o mejor dicho, con lo que queda de él. El hijo del futuro senador se ha convertido en una cabeza parlanchina. El resto del cuerpo ha desaparecido sin dejar rastro. Al momento, descubre que está pisando el suelo de Marte y que debe ayudar a una inteligencia artificial a recuperar sus funcionalidades si de verdad desea salvar la Tierra de la invasión alien.

En el planeta rojo de Perdido en Marte, segundo contenido descargable centrado en la historia que publica Ubisoft para Far Cry 5, la vida no está oculta bajo los misteriosos océanos, hoy secos, que un día fluyeron por la superficie y los recovecos marcianos. Bajo las tierras áridas abrasadas por el sol, mora una especie ancestral de rasgos arácnidos, unos seres que viven en colonias regidas por poderosas reinas. Según ERNA, la inteligencia artificial aliada, serán ellas las que viajen a la Tierra para reducirla a cenizas y esclavizar y asesinar a todos sus habitantes. Solo Nick podrá hacer frente a estos repugnantes monstruos.

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Far Cry 5: Horas de Oscuridad, desarrollado también por Ubisoft Shanghai, es un DLC que no aporta demasiado a la serie. Las mecánicas conservadoras y la inteligencia artificial deficiente estropean una experiencia centrada en el sigilo que no termina de funcionar. Con todo, la ambientación vietnamita y los elementos jugables clásicos de la serie siguen teniendo empaque para que las partidas sean, cuanto menos, divertidas. Perdido en Marte, en cambio, es un contenido más satisfactorio a todos los niveles. Ya desde el planteamiento argumental y conceptual, apreciamos un intento de distanciarse de la obra original. El ancla entre las dos obras son los personajes principales, Nick Rye y Hurk Jr, pero más allá de eso, este trabajo traza una línea que frisa la comedia y lo mezcla con toques de terror de serie B y ciencia ficción. Además, presenta multitud de situaciones disparatadas, en parte protagonizadas por el incombustible Hurk y su lengua desarrapada.

“La transfusión corporal es el futuro”, afirma ERNA a menudo. Desde luego, una cabeza voladora que no calla ni debajo del agua—tampoco es que la haya— no parece ser el apoyo que un héroe necesita para vencer a los depredadores más fieros de Marte. Por eso, la inteligencia artificial sugiere transferir la conciencia de Hurk a un cuerpo robot. Aprovechando su acorazamiento metálico y las armas incorporadas en la carcasa, el hijo del senador prosigue con la verborrea incesante, pero al menos ahora puede disparar y llevarse por delante a unas cuantas arañejas cangrejiles.

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Como bien destaca ERNA para defender las bondades de ser un robot, los cíborg no tienen por qué preocuparse por el paso del tiempo ni por las necesidades carnales. Son inmortales, aunque no inmunes al daño. De este modo, el jugador puede elegir un blanco y enviar a robo-Hurk a atacar un objetivo concreto, pero deberá tener cuidado, pues el ácido de las arañas corroe los circuitos cibernéticos. Lo bueno es que Nick es todo un manitas y es capaz de arreglar cualquier cosa y volver a poner a Hurk en pleno rendimiento.

Perdido en Marte invita al jugador a participar en momentos hilarantes que forman parte del núcleo central de la propuesta. Que Hurk se haya convertido en robot no quiere decir que el muchacho no quiera recuperar sus manos, piernas y otras partes más íntimas de la anatomía. No en vano, uno de los objetivos será encontrar y recoger sus restos orgánicos. Hurk dispone de su propio menú donde figuran los fragmentos del cuerpo obtenidos.

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Las arañas gobiernan Marte

El objetivo central es, no obstante, activar todas las torres de control. Sí, es cierto que en Far Cry 5 se bromeaba acerca de que ya no habría que activar ningún dispositivo de este tipo, pero en el planeta marciano volvemos a enfrentarnos a esta situación tan familiar. Para hacerlo, es crucial contar con núcleos de energía que insertaremos posteriormente en los terminales correspondientes. El problema es que las antiguas máquinas han sido saqueadas por los arácnidos y muchos de estos núcleos están en poder de las reinas. Por lo consiguiente, Nick se verá obligado a matar a a las soberanas, mucho más poderosas y escurridizas que sus súbditos. Asesinar a sus crías es el método perfecto para que salgan de sus escondites. Enfurecidas, tratarán de destruir la amenaza. Es entonces cuando Nick y Hurk tendrán que descargar todo el arsenal de blásters. Durante estas batallas, casi siempre habrá que lidiar con el resto de colonia, que intentará defender con uñas y dientes a la reina.

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Far Cry 5 pecaba de poca variedad de enemigos y Perdido en Marte continúa en la misma línea. Las diferentes clases de araña se reducen a un puñado de ellas, que cuentan con diferentes habilidades y puntos débiles. Por ejemplo, los enemigos que lucen una banda rojiza en el lomo son peligrosos a larga distancia, porque lanzan proyectiles corrosivos. En cambio, las crías recién salidas del huevo son extremadamente veloces y se lanzan contra los personajes. Por otro lado, hay otras arañas provistas de alas que golpean desde el cielo.

A pesar de que los tipos de misiones no son muy variados, el DLC ofrece situaciones rocambolescas. Respirar el humo tóxico de un géiser droga al personaje y le provoca alucinaciones divertidas de ver y de jugar. Además, gracias al cinturón de gravedad, Hurk se eleva en el aire y tiene la habilidad de planear. A medida que vamos avanzando en la aventura, conseguimos nuevas habilidades y poderes. Por si eso no fuera poco, disponemos de armas láser y pistolas futuristas.

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¿Sueño o pesadilla? ¿Realidad o ficción? ¿El efecto de la droga de los santitos? La verdad está oculta entre las arenas color fuego de Marte, pero no se revelará sin sangre, sudor y lágrimas.