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Xbox One y la segunda mano: Ganas o mueres

Xbox One ha abierto un cisma sin precedentes, una brecha con los usuarios. Un plan que lleva tiempo gestándose para acabar con la segunda mano tal y como la conocíamos. Mientras Microsoft pide calma antes de hacer oficiales los detalles, los usuarios se levantan en armas al conocer las primeras informaciones aparecidas.

El mercado de segunda mano lleva largo tiempo en el punto de mira de la industria. Concretamente en el Dragunov de los que no ven un duro por las transacciones que genera; productoras y editoras. El libre intercambio de videojuegos entre particulares ha sido uno de los fundamentos de esta afición, que en mi caso llevo aplicando desde los tiempos de la NES. Las tiendas entraron en el negocio después, comprando y revendiendo, algunas veces con honestidad, otras especulando y aprovechándose al pagar auténticas miserias por juegos usados. Este negocio genera en torno al 50% de los beneficios de un comercio. Ojo, la mitad de lo que gana una tienda lo hace sin que editoras y productoras vean ni un céntimo de euro. Y con este panorama, esta parte de la industria que ha quedado fuera del pastel, ha planeado y orquestado meditadamente un plan para también hacerse con su trozo de esa tarta.

Microsoft y el anuncio de Xbox One han detonado la primera bomba al anunciar, a medias e ir confirmando a regañadientes los hipotéticos detalles de su escenario para hacer funcionar los juegos usados en la nueva consola: el usuario al adquirir un videojuego nuevo, tendrá que instalarlo en su cuenta y éste quedará vinculado a ella como si de una licencia se tratase -igual al modelo de Steam, sí, pero sin los conocidos precios, descuentos, ofertas y rebajas que aplica la tienda online de Valve-. Si quiere desprenderse de ese videojuego, tendrá que dirigirse a una tienda autorizada, solicitar la venta y tras tramitarlo mediante una aplicación online, recibirá un reembolso y ese título desaparecerá de su Gamertag. Por otra parte, al adquirir un videojuego de segunda mano, el comprador del juego usado deberá abonar una tasa cercana a los 40 euros para poder instalar esa licencia pre-usada en su perfil. Estos 40 euros se repartirían entre la editora del título y la propia Microsoft.

Todo este proceso se ha ido desvelando a cuentagotas, como piezas de un puzle, gracias al esfuerzo conjunto de todos los compañeros de la prensa especializada en sus diferentes entrevistas, y al manejo de informes internos y otras filtraciones. Microsoft afirma no obstante que todavía no hay ningún plan oficial confirmado. Pide paciencia a los usuarios asegurando que detallará sus políticas en el futuro. ¿Entonces? ¿Todo esto que llevamos escuchando días queda en un gran globo sonda que al final no se aplicará? Eso espero, porque menudo Cristo se ha liado. Es tangible que esta situación ha generado una flagrante ola de feedback negativo hacia Xbox One y Microsoft. Tal ha sido la repulsa de los usuarios -histórica, no es para menos- que SONY, que tenía previsto un plan similar con la incorporación de DRM a sus juegos, estaría dando marcha atrás en estos momentos. Todo según nos llega hoy mismo a través de Neogaf, el foro de insiders por excelencia, donde además se aportan los hashtags de Twitter #PS4NoDRM y #PS4USEDGAMES para que los usuarios se pronuncien.

No hay que tener ningún MBA para darse cuenta que una política tan leonina con la segunda mano, prácticamente un derecho de pernada del medievo, supone un decisivo distanciamiento con el consumidor, un divorcio, pasar de amigo a enemigo ¿Y quién quiere morder la mano de quien te da de comer? Las tiendas tampoco se están quedando atrás y algunas ya han manifestado su posición de negarse a vender juegos usados mediante este modelo. Esta mañana también hemos conocido que One tampoco permitirá el uso de juegos importados, es decir, tendrá bloqueo regional.

Personalmente confío en que este temible plan que se ha ido poniendo de manifiesto quede únicamente en un gran globo sonda que nunca llegó a aplicarse. En el E3 la compañía americana tendrá que apagar el incendio y no echar gasolina al fuego. Si no, SONY y Nintendo -que multiplicó las ventas de Wii U tras el anuncio de XBO- lo tendrían muy fácil para ponerse de parte del usuario y dejar a Microsoft y Xbox One completamente en fuera de juego en la batalla por la nueva generación. No nos engañemos, la segunda mano es un factor de compra descisivo para la gran mayoría de usuarios. Si una de las tres grandes consolas intenta cambiar las reglas, estaríamos hablando de un competidor menos. Consola muerta antes de lanzarse a la venta, como he leído con acierto del teclado de uno de nuestros lectores. Y para predecir esto no hay que ser Michael Patcher.

Y termino con una pregunta evidente -y que hace referencia al título de esta columna, homenaje a un episodio de Juego de Tronos- que podéis contestar como comentario a esta columna. De confirmarse este modelo de Xbox One con la segunda mano. ¿quiénes de vosotros no compraríais la consola por ello? Pues eso.