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Secret Files: Tunguska

Secret Files: Tunguska

Secret Files: Tunguska, guía completa - Más carteles electorales todavía

Descubre el misterio de la desaparición del padre de Nina.

MÁS CARTELES ELECTORALES TODAVÍASabrina está sorprendida de su propia belleza, pero en lugar de agradecérselo le devuelve a Nina el retrato y la bolsa con una nueva petición. Un cartel electoral no es suficiente. Necesita un par de docenas. Maravilloso. Sin embargo, puesto que Nina depende de su ayuda para conseguir hablar con Manuel Pérez, no tiene otra opción que ponerse manos a la obra.No debería ser tan difícil. Después de todo hay una fotocopiadora en la habitación de al lado. Bueno, habría sido fácil si no se hubiese encontrado con un enfermo y su castillo de naipes en mitad del camino, que quiere terminar antes de que se reproduzca un terremoto.¿Terremoto? Por terremoto puede referirse al obrero del patio, que está en su periodo de descanso y ha apagado un momento su martillo neumático. Sin embargo, en cuanto vuelva al trabajo de nuevo, el castillo de naipes se derrumbará en segundos, y el camino hasta la fotocopiadora quedará libre…Desgraciadamente Bernhard, el obrero, disfruta de su descanso y no volverá al trabajo hasta que no vea salir humo negro por la chimenea de la cocina (como sucede todos los días tras prepararse la comida). Por eso, Nina mete la bolsa en el horno, y está feliz porque nadie sabe lo que ha hecho, porque de otra manera se habría granjeado dos enemigos más y ya tiene bastantes. Así, puede dirigirse ahora hacia la fotocopiadora y hacer copias del retrato de Sabrina hasta que se acabe el papel. Regresa junto a Sabrina con las copias de la pintura. Bastante sorprendida, la futura política mantiene su palabra y le permite a Nina acceder al bloque de celdas.Sin embargo su felicidad durará poco, porque la celda de Pérez se encuentra vacía. Aparentemente, Sabrina no sabe nada sobre la desaparición de este paciente y su cara de sorpresa parece creíble. ¿Qué hacer ahora? A Nina le gustaría poderles echar un vistazo a los vídeos de la cámara de vigilancia de la celda, pero Sabrina no tiene la llave de la sala de control y Ramón no parece estar dispuesto a ayudarle. Tiene que encontrar la manera de acceder a la sala de control.En el patio, Nina observa cómo Ramón echa la ropa para lavar en el contenedor. Ya que probablemente hará esto varias veces, Nina tiene que buscar la manera de asegurarse de que la puerta no se cierre. Dicho y hecho. Nina coge el tenedor de trinchar de la cocina y clava el retrato de Sabrina en el marco de la puerta. Cuando Ramón salga de nuevo, afortunadamente no se cerrará (puesto que el lienzo está ahora colgando entre la puerta y la cerradura). Son oídas las oraciones de Nina y consigue entrar en la sala de control, con lo que se tiene que enfrentar con el siguiente problema: una caja fuerte con combinación. Puesto que no ve ni una videocasete en toda la habitación, piensa que probablemente estén guardadas en la caja fuerte. Sin embargo, Nina no sería Nina si no fuese capaz de reconocer la conexión existente entre la pintura de piratas y la combinación de la caja fuerte (número de patas de las criaturas, comenzando desde el margen inferior y ascendiendo: 1, 4, 2, 8). Confirma que la videocasete de la celda de Pérez que está buscando se encuentra en la caja fuerte, y la introduce inmediatamente en el vídeo, pero justo a la mitad de pasar la cinta se abre la puerta y entra Ramón. Afortunadamente Nina consigue calmar a este personaje, posiblemente algo perturbado pero agradable, y convencerle de que no le quiere hacer ningún daño a Pérez. Se entera también del lugar en el que Ramón esconde a este pobre hombre e inmediatamente se dirige hacia allí.Desgraciadamente, el tratamiento que ha recibido ha dejado su huella, y Nina comprueba que aunque ya no es posible mantener una conversación normal con Pérez, sí que siente que éste quiere decirle algo. Sin embargo, puesto que aparentemente no puede hablar, se le ocurre una idea. Coge otro carbón del fuego preparado en el horno con las pinzas de cocina y recupera el retrato pinchado. Le da el carbón y el retrato a Pérez, que dibuja un extraño símbolo en la parte posterior del lienzo. Nina no tiene absolutamente ni idea de lo que se supone que pueda ser, pero puede que Max, que se encuentra en Irlanda, sepa algo al respecto.