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Discworld Noir

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Discworld Noir - Acto 4

Lewton, detective privado, necesita tu ayuda para resolver el caso más extraño de su vida.

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ACTO 4: Naylonathotep

Naylonathotep andaba suelto y se disponía a destruir el mundo. Lewton no creía demasiado en esas supersticiones y aquel monstruo sólo le recordaba a una gamba crecidita, pero decidió acabar con él antes de que llegara su existencia a oídos de Emerich y comenzara a rodar una película peor aun que Godzilla. Observó que a Warb el amuleto le había traído la negra, unos escombros habían caído sobre él.

Buscó entre ellos y cogió el Falce. En la pared, por la parte izquierda encontró algo escrito, en la libreta se anotó Inscripción. Se dirigió al Santuario para ver si se encontraba allí alguno de los malos y, efectivamente, tuvo que matar a uno. Aquello le resultaba cada vez más divertido. En el cadáver encontró un Amuleto. Necesitaba estudiar todo aquello, por lo que se dejó caer por la Biblioteca del Conde y consultó sobre su ya viejo amigo Naylonathotep descubriendo nuevos datos. En el cuaderno apareció Trapezoedro Radiante.

En el Templo de los Dioses Menores, le enseñó el amuleto a Memencio y después le preguntó por los traidores en el culto. Memencio no tardó en largarse en compañía del tipo de la guadaña, y en el cuaderno apareció Foid. En el taller de Rodhan, Lewton encontró unas Vendas en el lugar donde había estado Malaquito. Preguntó a Rhodan por ellas y después por Foid, con lo que averiguó su paradero. En la Calle Dagón había una puerta a la derecha, tras la cual encontró a Foid tumbado, el muy vago. Lewton le enseñó el amuleto, la espada y le preguntó por el contacto de Sátrapa En la libreta se anotó Gélido.

Estaba atando cabos y se encaminó a la Sala Nueva, pero la Señora Formes no le dejaba entrar. En Pseudópolis Yard le habló a Nobby de Gélido y consiguió una Orden de registro, que le dio acceso a la Sala Nueva.

Atravesó la habitación de las camas y llegó a la puerta de la biblioteca, donde había manchas de sangre.

Se transformó en lobo y siguió el rastro hasta llegar al encuentro de Sátrapa. Lo que más le molestaba de aquel tipo no era que quisiera destruir toda la creación, sino el horrible gorro que llevaba. Tras una breve charla, Sátrapa se fue a hacer compañía a Memencio. En el mapa había aparecido El observatorio. Lewton vivía en un país atrasado y la ciencia no era muy popular. El Patricio había prohibido enseñar en los colegios la Teoría de la Evolución a causa de la presión de los fanáticos fundamentalistas. Decir algo tan obvio como que el troll provenía del canto rodado era considerado una herejía. En aquel ambiente enrarecido era imposible que Lewton conociera el cielo y supiera manejar un telescopio. Por tanto fue en busca de ayuda.

Dos Castaños seguía con Leonardo poniendo a punto su aparato volante. Lewton le habló del Trapezoedo radiante, y se hizo así con un Mapa. De vuelta en el observatorio, cogió un Astrolabio que había en el suelo y usó el mapa sobre los mosaicos que rodeaban el telescopio. Tenía que ver cual de aquellas constelaciones se correspondía con la del mapa, y se decidió por Pequeño Grupo Aburrido de Estrella sin Apenas Brillo. Después usó el telescopio y observó que todo apuntaba al Mausoleo, que fue su siguiente destino. Allí, a la entrada, utilizó el astrolabio en el cielo para calcular la ubicación exacta de la joya. Llegó al lugar donde se encontraba un grutesco.

Empujó la cabeza y tuvo acceso a una cripta con un sarcófago. La moneda de Mundy había sido inútil hasta el momento, y Lewton ya pensaba jugársela al poker en cuanto tuviera ocasión, sin embargo, sirvió para abrir la tapa del sarcófago, utilizándola en una muesca que había sobre ella.

En su interior había un zombi que llevaba muchos años protegiendo la joya, tantos que probablemente no sabía que el Madrid ya tiene siete copas de Europa. Lewton no tenía ganas de perder el tiempo con aquel individuo, por lo que le amenazó con la espada y así se hizo con el Trapezoedro.

Se iba tan contento a buscar un modo de eliminar a Naylonathotep, pero le estaba esperando Horst. Aquel tipo era pesado en todos los sentidos. El troll se llevó la espada. Lewton le localizo usando el Trapezoedro y fue a su encuentro al Puente Maudlin y, no sin violencia, recuperó el falce. Se encaminó al taller de Leonardo y le comunicaron que el artefacto volante estaba a punto.

En el exterior del taller había unos escombros, que apartó con el pie. Después Volvió a hablar con Leonardo y pusieron el aparato en la rampa. Lewton se dispuso a montar en él, pero llegó Ilsa y le dijo que necesitaba alguna protección, por tanto, usó la nota "signo de la angula" para dibujarla en el supuesto avión. Finalmente, se subió en el mecanismo volador y se lanzó al vacío. Aquel aparato iba a pedales y Lewton se había subido varias veces el Angrilu, por lo que no tuvo problemas para mantenerlo en el aire. La suerte estaba echada.