Vall: “Nosotros damos la cara y no nos pueden dejar de lado”
Jessica Vall duda si acudir al Europeo porque no se siente respaldada por la dirección técnica y reconoce los “discretos” resultados de la natación en Budapest.
A primera hora de la mañana en la piscina Duna Arena de Budapest, Jessica Vall finaliza su participación en el Mundial sin poder nadar las semifinales ni en los 50, 100 y 200 braza. A sus 33 años, en una temporada de transición en la que ha dado el paso hacia la vida laboral, la nadadora se detiene en la zona mixta y conversa con AS de un Mundial muy discreto de la natación española y de una tendencia a la baja en los últimos años. Vall, del CN Sant Andreu y de Arena, habló sin regates de su sentimiento y de los problemas que ha tenido esta temporada y que ponen en duda su participación en el Europeo de Roma el próximo mes de agosto.
-¿Qué balance hace de estos Mundiales que como usted comentó podían ser los últimos?
-Esta temporada era de transición para mí. No esperaba clasificarme para el Mundial y eso trastocó mis planes. Quería una temporada para disfrutar, pero ir a una competición como esta es algo serio. Entonces me ha costado tener esta visión en el Mundial. Suelo pecar de cargarme la responsabilidad. Quise hacerlo perfecto y fue contraproducente. Quizás tendría que haber renunciado o seguir entrenando como hasta ahora. Fue una lucha interna.
-¿No llevó la preparación adecuada para afrontar un Mundial?
-Las ayudas no fueron las que esperaba. Aunque la federación está cambiando su prisma sobre cómo ver las cosas, creo que no pueden abandonar a su equipo nacional. Entiendo que ahora se quieran potenciar los centros de alto rendimiento, es una apuesta, es su decisión; pero si estás dentro del equipo nacional necesitas unas ayudas. Cuando me metí en el Mundial no me sentí totalmente respaldada, todo fue gracias a mi empuje. Quiero reivindicar eso. El equipo nacional es el que más ayudas debe tener. No lo puedes dejar de lado porque somos los que damos la cara y los que nos llevamos los titulares.
-Habla de titulares... A falta de una jornada puede ser el peor Mundial de la natación en la historia.
-Son resultados discretos, nos hace daño a nosotros. La federación debe cargarse de más responsabilidad. Debían haber invertido algo para que llegáramos mejor. No lo digo por mí, porque con 33 años es entendible que no apuesten para mí para París 2024. Pero yo he hecho la mínima y estoy en el equipo.
-¿Puede concretar la falta de apoyos?
-Una de las cosas es la ausencia de mi entrenador. Hace tres semanas le dije a Jordi Jou que no quería venir a competir. Establecieron unos criterios pero no los han cumplido, han hecho lo que han querido. Las reglas deben ser las mismas para todos. Me pueden no gustar, pero si son justas no hay problema, aunque no es el caso. Y eso me ha hecho daño. Y luego he pedido unas ayudas concretas para mejorar la salida y el viraje, algo que lo he intentado con mi entrenador y no he podido. Necesitaba ayuda externa. Me dijero que sí antes del Open, y aún sigo esperando... No he pedido nada más. Sé que me situación es diferente y entiendo que no es fácil gestionar a una nadadora que trabaja, que tiene una familia... Entiendo que lo que se invierte en mí debe ser muy específico.
-¿Cree que la edad es el principal problema para que no le lleguen esas ayudas?
-El objetivo debería ser tener un equipo de jóvenes, de grandes o de personas más de edad mediana para la natación. No veo esa predisposición y debo meditar si voy al Europeo o no.
-Usted lleva más de una década en el equipo nacional, ¿qué le pasa a la natación?
-Personalmente, los años que más me gustaron fueron en la etapa entre Londres 2012 y Río 2016. En aquella época sentí que se apoyaba al equipo nacional y al que estaba a punto de entrar en él.
-¿A qué se refiere?
-Recuerdo cuando me metí en mi primer Mundial y el director técnico (José Antonio del Castillo) me dijo que no podía tener el Mundial como primer escenario internacional porque me quedaría petrificada. Así que me llevó a los Juegos Mediterráneos. Seguí una planificación diferente. Todos debemos aprender de todos. Me da la sensación de que los que dirigen ahora vienen a enseñarnos, pero solo apoyan económicamente los programas de los centros, por lo que los clubes no reciben las mismas ayudas, y eso es el principal problema. La confianza se transmite de muchas maneras.. Simplemente necesitamos apoyo y recursos. Hay muchos caminos, no podemos atacar siempre algo. Con los americanos vemos que cada uno tiene su manera de hacer: uno calienta poco, otro mucho, uno es de una manera y otro de otra, pero todos tienen confianza.
-¿Y qué hará ahora?
-Primero quiero hablar con los seleccionadores. Quiero ver cómo encajo en el equipo nacional, si nuestros objetivos pueden cuadrar. Y si encajan entrenaré e iré al Europeo. Y si no, seguirá nadando porque me gusta... Pero quiero saber si irá o no mi entrenador y que ayudas voy a tener.