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GOLF | RBC HERITAGE

Rahm, un profesional en Hilton Head

Rahm honra su compromiso con Hilton Head en una gran segunda vuelta, -7 para -6, que le coloca en la parte alta de la clasificación.

Rahm, un profesional en Hilton Head
Andrew RedingtonGetty

Contrastan la presencia de Jon Rahm esta semana en el RBC Heritage y la ausencia de Rory McIlroy. Profesional el primero, quiso honrar su compromiso con uno de los torneos designados del calendario y decidió no saltárselo pese a ganar el Masters de Augusta, la gran victoria de su carrera, el domingo; inexplicable, salvo que detrás de su decisión haya motivos de peso no desvelados, lo del segundo, que tendrá consecuencias al menos en lo económico. Rahm es el primer chaqueta verde, de hecho, que juega esta cita desde Jordan Spieth en 2015. “Si yo fuera un niño, me gustaría ver en acción al campeón del Masters”, adujo como motivo para jugar en una semana en la que el 99% de los golfistas del mundo se habría dedicado a morir de éxito.

Y no ha ido al Harbour Town Golf Links de Hilton Head Island (Carolina del Sur, EE UU) precisamente de paseo. Si el primer día se le atragantó un poco el diseño de Pete Dye, con un +1, este viernes se anotó un -7 para -6 que le disparó hasta la 18ª plaza.

Fue otro día impoluto de Rahmbo, algo desordenado con el driver (8 calles de 14), certero con los hierros (15 de 18 greens). Abrochó siete birdies sin fallo, cuatro de ellos seguidos del 11 al 14 (salió por el 10) en un arranque fulgurante. Sigue teniendo la primera plaza lejos, porque en general fue un día de tarjetas bajas en Hilton Head y el estadounidense Jimmy Walker se escapó con un -6 para -12, pero neutralizó el esfuerzo de un Scheffler que esta semana podría quitarle el número uno del ranking en un nuevo episodio del tira y afloja por la cima que ambos, junto con McIlroy, vienen protagonizando.

El tejano, que se fue a -6 para -9 y marcha segundo, recuperaría el trono con una victoria, independientemente de lo que haga Rahm, y con otros 20 escenarios que sí dependerían también de la posición final del León de Barrika, que no está por la labor de rendir la plaza sin pelear y que, tras la semana más importante de su vida golfística, mantiene los pies en la tierra.