Sira Martínez: “Mi carrera deportiva aún depende de mi padre”
Pertenece a la nueva generación de jinetes y amazonas de la hípica nacional de saltos. Sira ha evolucionado deportivamente al margen de su padre, Luis Enrique, aunque no tiene ningún problema en admitir su tutelaje.
Por primera vez en su carrera deportiva, Sira Martinez (24 años, Barcelona) participará en el Madrid Horse Week de este fin de semana en el IFEMA. Campeona de España de jóvenes jinetes, la hija de Luis Enrique (Sporting, Real Madrid, Barcelona), internacional y exseleccionador español de fútbol ahora en el PSG, se va ganando un nombre deportivo más allá de su padre.
¿Cómo llegó usted a la hípica, a los saltos?
Tiene su historia, porque estuve a punto de dejarlo. Jugaba al tenis, y no se me daba mal, pero quería montar a caballo y conseguí un poni. Me caí, me rompí el brazo izquierdo, y volví al tenis. Coincidió que nos fuimos a Roma, y para seguir con el tenis debía desplazarme más de una hora, y sin embargo, tenía un club de hípica al lado de casa, y retomé este deporte, y aquí sigo.
¿No le cogió miedo a los caballos con aquella caída?
No era la primera ni será la última. En la hípica no hay quien no se haya caído; lo que se trata es de evitar que te coja desconcentrada para que los daños sean los menos posible. Sabes que, sí o sí, algunos días te vas a caer, o te va a derribar el caballo.
Tiene usted desde marzo un caballo de mucha calidad, ‘Texas’, con muchos triunfos con la amazona francesa Penelope Leprevost (campeona olímpica). Ha debido de costarle un buen dinero.
No tengo ni idea. Eso lo llevaron mi padre y mi entrenador, Pedro Veniss. Mi padre me tutela a distancia, porque aunque no pueda estar en mis competiciones porque él también tiene las suyas, me sigue siempre. Actualmente mi carrera deportiva me la financia él, aunque espero independizarme, cuando acabe mis estudios de Turismo que actualmente los curso online porque cuando iba a clase presencial no llegaba a nada.
Es catalana y del Barça, con la mitad de la familia en Asturias, donde hay mucha afición a los saltos.
Soy del Barça y de todos los equipos de mi padre. También del Sporting. Recuerdo una competición en Las Mestas, el club del que siempre me hablaba mi abuela. Pues bien, el día que competí en aquel club toda mi familia asturiana vino a verme saltar. Y además gané, lo que provocó que mi abuela se emocionase y se le saltasen las lágrimas. Es uno de los grandes recuerdos que tengo de las competiciones.
Con ‘Texas’ (13 años, castrado) da un paso al frente de calidad, me parece.
Es un gran caballo, y yo voy muy segura en él, casi porque me lleva y tiene mucha experiencia en la competición.
La mayoría de los grandes jinetes compra y vende sus caballos. ¿No se le coge cariño?
Claro que te encariñas, pero sabes que en la competición de élite se vive así, comprar caballos jóvenes, formarlos y venderlos, o montar caballos de otros dueños. Como negocio, es complicado. Lo que intentas es vender a tus caballos a cuadras en las que sabes que van a estar bien tratados.
El mundo del caballo también tiene una parte muy frívola, de grandes amores y desamores. Está usted en el foco, y la emparejan con varios nombres de futbolistas.
(Se ríe) De ese aspecto tan personal no hablo. Sólo puedo contar que se dicen muchas cosas muy alejadas de la realidad. Estoy centrada en competir, en mis estudios, en mi familia, que con mi padre en París nos vemos poco.
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