Pionera Desirée
Desirée Rovira competirá en un torneo de ocho luchadoras en el estadio de muay thai más antiguo de Tailandia. Serán los primeros pleitos femeninos en ese recinto.
Desirée Rovira (Cádiz, 35 años) hizo un all-in en 2020. Durante años viajó a Tailandia, cuna del muay thai, para preparar algunos combates importantes. Una semana antes de que se declarase el estado de alarma viajó al país asiático para establecerse en el 7 Muaythai Gym de Rayong, ciudad a 180 kilómetros del sur de Bangkok. La emergencia sanitaria podría haber variado sus planes, pero decidió quedarse allí. “Estaba confinada en el gimnasio, donde vivo, entonces podía entrenar y mejorar habilidades que con combates cerca no podía hacer”, admite a AS. Trabajó sin descanso y esperó. La pandemia hizo que las peleas tardasen en llegar, pero lo hicieron y las oportunidades fueron grandes. ‘Dazy’, como es apodada, recibió la llamada para pelear en un evento en la televisión pública del país. Un salto muy importante.
Su mayor exposición y sus triunfos ante rivales destacadas le han permitido crecer mucho en los rankings internos. Eso se traduce en grandes oportunidades, pero no espera ella tanto. “Tenía una pelea televisada el 16 de julio y estaba enfocada en ella, pero mi manager me avisó de que una promotora nueva quería hacer un torneo de ocho luchadoras y quería contar conmigo. Lo que no me esperaba era la segunda parte: el campeonato se disputará en el estadio Rajadamnern (el mas antiguo de Tailandia con 77 años de historia). En ese momento se me cayeron dos lágrimas. Nunca imaginé poder pelear allí. De hecho, hace un mes acompañé allí a un compañero y casi ni me dejaban acercarme al ring. Era ya un sueño… imagínate subirme a la tarima”, afirma feliz.
El torneo, que está pactado a menos de 50,8 kilos, cuenta con ocho luchadoras divididas en dos grupos y garantiza tres combates a cada luchadora, arrancará el 5 de agosto, aunque el turno para Desirée y sus tres oponentes iniciales será el 12 de agosto. Después volverán en septiembre y octubre. “Hay mucho nivel y el objetivo es, primeramente, pasar a semifinales (se clasifican las dos primeras). Aunque estar allí ya es un premio”, apunta. Mas allá de la entidad de las peleadoras, el hecho de pelear en el Rajadamnern es histórico. El veto a las mujeres en los principales estadios ha sido un lastre muy grande para las luchadoras, por lo que este torneo supone un hito.
El muay thai se rige por tradiciones, rituales y supersticiones muy antiguas. En ellas se cree que la presencia de la mujer “viola” el espacio sagrado del ring. “La importancia real del torneo es que las mujeres podamos estar en este escenario y que el premio (un millón de baht, 30.000 euros, aproximadamente) sea igual que el de los torneos masculinos. Estamos abriendo una puerta. Hay un cambio en la tradición, se empieza a pensar en deporte, sin géneros”, concluye la gaditana. Dazy es una pionera en Tailandia.