Lucía Díaz: el cerebro de un Silicius Majadahonda campeón
El equipo madrileño suma un nuevo título, la Copa Ibérica, a una racha imperial. Lucía Díaz, jugadora criada en la casa, marca el paso.

En la racha imperial que ha convertido en referencia del rugby femenino nacional al Silicius Majadahonda, de una pequeña ciudad al norte de Madrid que quizá no haya conocido semejantes cotas de éxito deportivo en su historia reciente salvo aquel breve escarceo del Rayo en la segunda división de fútbol masculino, brilla desde el domingo un nuevo título internacional, la Copa Ibérica ganada por 17-25 al Benfica en Lisboa, segunda consecutiva para el club majariego. Una serie que se completa con los dos últimos entorchados de Liga y las tres últimas Supercopas. Atrás quedan aquellos años en los que siempre se daba al palo, en los que nunca salía cara a la hora de la verdad.
Nadie mejor para tratar esta nueva vieja dinámica, porque en los 90 el cuadro disfrutó su primera ‘edad dórada’, que Lucía Díaz, el epítome de una jugadora de club. “Hemos tenido plantillas más completas. Aparte de la ambición de base que ya teníamos como club, esa persistencia y constancia de luchar por estar en la élite, el club ha dado un paso adelante en muchas áreas de rendimiento. Eso nos ha permitido competir contra todos los equipos y hemos conseguido ser muy regulares. Es un equipo formado de hace tiempo, que ya se conoce bien. Todo eso ha hecho que mantengamos ese estándar de competir todos los títulos”, explica el ‘clic’ que ha hecho de este grupo uno casi imbatible en las últimas temporadas Díaz, una futura psicóloga deportiva que lleva una década en la sala de máquinas, ya sea como 9 o 10, MVP de la Liga Iberdrola el año pasado e internacional tanto en la modadliad de seven como en XV.

En el club de la ciudad que le vio nacer le contemplan en total 22 años ya, desde que un buen día, a los 5, se acercó al Valle del Arcipreste para jugar con unos compañeros de clase y descubrió los encantos de una asociación muy familiar, que cuida muy bien su cantera. “No contemplo mi vida sin el Silicius Majadahonda, no conozco otra cosa”, reconoce. Si alguna vez se planteó un cambio fue de cara al extranjero. En España directamente ni se le han acercado, confiesa, sabedores de que era una pérdida de tiempo intentar hacerle cambiar de chaqueta. Ha estado en las duras y en las maduras. Ahora la estructura, en la que también juega su hermana, está todo lo profesionalizada que puede en una competición semiamateur. Lucía cita aspectos como “el patrocinio de GoFit”, que facilita el trabajo de musculación, o “las primas por convocatoria en Liga” como conquistas más recientes en el camino al profesionalismo, que a ella, de llegar, quizá ya le pille en retirada.
A punto de cumplir 27 años, siempre ha sido consciente de que necesitaba un “plan B”, y lo ha encontrado en la psicología, pero no esconde que algún día le gustaría entrenar al equipo de su vida. “Sí la haría, sin problema”, contesta cuando se le pregunta si acudiría a la llamada en cualquier momento. Últimamente ha perdido peso internacional con la renovación en la Selección de XV de Juan González. “Ha sido un palo”, asegura, pero no renuncia a su sueño de jugar el Mundial este año. Con más de 30 partidos como Leona a sus espaldas y cerebro del mejor equipo nacional en la actualidad, como mínimo merecería consideración.
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