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WATERPOLO | FUKUOKA 2023

La semifinal más romántica de Fukuoka

España y Hungría (11:30, Teledeporte) buscan una plaza en la final y el billete para París. Los recursos españoles ante el arte magiar, con su técnico como fan de Víctor Hugo.

David Martín y la Selección.
KIYOSHI OTAEFE

El España-Hungría de semifinales de los Mundiales de Fukuoka (jueves, 11:30) desprende el aroma más romántico del waterpolo. A un lado de la piscina está la historia entre ambas selecciones, larga y fluctuante desde los años 90, como aquella semifinal ante Hungría en los Juegos de Atlanta que cayó del lado español o la final de los Mundiales de Perth, de 1998, también ganada por los de Joan Jané. Una generación de oro que se cerró en 2001, en Fukuoka, y dio paso al dominio magiar, triple oro olímpico (00, 04 y 08). Luego Serbia cogió el trono (2016 y 2021) y ahora España y Hungría se postulan como sucesores: los españoles llevan siete semifinales seguidas y cinco medallas en las máximas competiciones; Hungría, en cambio, les apeó del título europeo de 2020, que ganó, y de la final del Europeo de 2022 y del bronce olímpico.

Más allá de la historia, al otro lado de la piscina está el romanticismo de un waterpolo espectacular, ofensivo, dinámico, de buenos lanzadores, emocionante. Eso es lo que representan, cada uno a su manera, España y Hungría. “Antes de empezar los Mundiales, las quinielas iban porque esta podía ser la final. Hungría tiene un juego vistoso y nosotros jugamos en equipo, y generamos muchas ocasiones de gol. Se comenta que somos las selecciones con más variantes ofensivas del circuito”, explica David Martín, quien desde hace dos años tejió una relación de amistad, también estratégica, con Hungría en la que todos salen beneficiados. “A nosotros nos va bien entrenar con ellos porque tienen buenos lanzadores y a ellos también porque nosotros tenemos mucho ritmo”, cuenta.

Zsolt Varga.
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Zsolt Varga.KIYOSHI OTAEFE

Una relación estratégica ante la hegemónica Hungría

Por eso, desde hace dos años, antes de cada gran campeonato la Selección masculina viaja a Budapest o Hungría a Barcelona, como previamente a los Europeos de Split, para realizar una estadía de dos o tres días y poder entrenar conjuntamente. “Tenemos muy buena relación, somos dos equipos respetuosos, no vamos a hacernos daño. Y entre los técnicos nos llevamos bien, al igual que ocurría con el anterior seleccionador”, añade Martín, que ha querido pasar página rápidamente después del 7-6 tan al límite ante Francia que estuvo a punto de dejar fuera a los españoles. “Salimos del pozo, estábamos hundidos. Hay que destacar lo positivo que ofreció el equipo. Parece que si no llegamos a las finales es un fracaso, y eso no es así... Demostramos que sin estar finos, sacamos el partido adelante”, valoró.

Hungría es un país donde salen waterpolistas debajo de las piedras. Deporte popular, capital del agua mundial (World Aquatics va a ubicar allí su sede y deja Lausane), cuenta con jugadores diferenciales como Denes Varga, Marton Vamos o Gergo Zalanki. Y también con un seleccionador carismático y diferente como Zsolt Varga, que ya consiguió éxitos en el Ferencvaros, fue nombrado durante dos ediciones mejor técnico europeo y ahora quiere reverdecer los viejos laureles húngaros.

Álvaro Granados.
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Álvaro Granados.FRANCK ROBICHONEFE

Varga, fan de Víctor Hugo y del arte

Varga, que fue jugador (diez años en Italia) y ganó el oro en los Juegos del 2000, es un apasionado del arte, además de pintar y devorar la bibliografía de Víctor Hugo, su escritor favorito. “Tenía un compañero de habitación que leía Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo. Empecé por ese libro. Sentí que no podía quedarme atrás, tenía que leerlo también, el espíritu competitivo también se mostró en este caso. Victor Hugo no es fácil de leer, pero aun así me pareció fascinante, y el final es una experiencia catártica: ahí fue cuando entendí lo que realmente significa el arte y se convirtió en el referente de mi vida”, compartió el técnico en una extensa entrevista en hajonaplo.ma. Y ese arte es el que quiere llevar a su waterpolo: “Tenemos que funcionar como una sociedad en la que todos los miembros del equipo puedan pelear por cada uno. Entonces estaremos preparados para ganar”, proclama.

El romanticismo de Varga se cruza con el equipo más genuino e innovador, España, un dragón con mil caras que persigue su segundo oro mundial y el billete a los Juegos de París. “Es el rival más duro que nos podíamos encontrar. Veníamos a ganar y si queremos hacerlo hay que superar cuando sea al equipo que toque. Llegaremos bien, será difícil, pero si alguien puede ganar a Hungría somos nosotros. Lo más fuerte de Hungría son los lanzadores, tienen a dos zurdos que son top mundiales, hay que cambiar el chip y centrarse en ellos”, explicó Álvaro Granados a EFE. Fukuoka presenciará este jueves, sin duda, el mejor partido de waterpolo del momento. Una semifinal, la más romántica, por una final con doble premio.