España alimenta su leyenda: a la final con billete a París

Sufrió. No podía ser de otra manera en una semifinal de unos Mundiales de Natación. Pero la Selección femenina de waterpolo vuelve a estar en una nueva final internacional, su cuarta en este campeonato (un oro y dos platas), su décima en 15 años en las que ha coleccionado medallas de todo tipo salvo el oro olímpico. Y en los Juegos de París 2024 tendrá una nueva oportunidad, porque la victoria ante Australia (10-12) y el pase a la final les da el billete directo. Sin escalas. España buscará el oro, su segundo, ante Países Bajos este viernes (11:00) en la piscina de Fukuoka y se asegura ser olímpica.

Las caras de concentración de las jugadoras de la Selección en el momento de los himnos presagiaban un comienzo demoledor. Es la cara de las grandes ocasiones. A lomos de Judit Forca y Elena Ruiz, las dos lanzadoras extraterrestres, el equipo de Miki Oca cogió ya velocidad de crucero en el primer parcial (2-5). Después de un gran pase de Maica, a lo pivot de baloncesto, no perdonó Ruiz para marcar el 0-1. Le siguió Paula Leitón, dominante en la boya, mientras que un zurdazo de Forca sirvió para hacer el 1-3. Australia se ahogaba en la defensa española, y solo logró anotar por medio de Andrews y Arancini, con fortuna. Elena Ruiz y Bea Ortiz ampliaron la diferencia (2-5). España estaba enchufada, acertada en la zona exterior, determinante en la boya, concentrada en defensa.

Australia demostró cuajo y un mayor nivel competitivo, como ya había advertido Anni Espar. Kearns hizo el 3-5, mientras que un paradón de Martina Terré en el ataque superior impidió que se pusieran a un gol. El inteligente gol de Maica García, también en mujer de más, lo contrarrestó Williams, la jugadora del Orizzonte Catania, para reducir de nuevo distancias. El partido era un toma y daca, espectacular en los ataques, como el tanto que anotó Forca de vaselina para hacer el 4-7: el balón cayó en el agua muerto, dentro de la portería. Pero Australia era un hueso duro de roer. Kearns anotó el 5-7 y llegó un momento delicado del encuentro. Paula Camus, determinante en la defensa de boya, anotó el 5-8 pero justo después cometió una falta, fue exlcuida y obstaculizó el saque. Doble exclusión, tercera en total y expulsada. Y gol de Australia, de Halligan de penalti. Con 6-8 se llegó al descanso. España ganaba en el marcador pero perdía una jugadora importante en defensa.

No lo notaron las guerreras al comienzo del tercer parcial. Todo siguió el curso natural del partido, con una España fina, con tantos de Elena Ruiz, MVP del partido, uno de penalti cometido sobre Maica, y otro de un lanzamiento ajustado desde fuera. El marcador llegó a ir 6-10, pero Australia siguió castigando gracias a su boya no paró de sacar exclusiones, tantas que una nueva jugadora española fue descalificada: Paula Crespí llegó a las tres y Kearns y Armit ponían de nuevo la diferencia de dos goles. La Selección no lograba escaparse en el marcador, Australia se aferraba a la vida a falta del cuarto determinante.

El partido entró en un escenario físico, con esa defensa presionante de Australia que puso en dificultades a una España con menos efectivos. A pase de Anni Espar, Maica García devolvió la ventaja de tres (8-11), pero Williams de penalti acortó distancias y Australia tuvo numerosas oportunidades para ponerse a uno, pero entre Martina Terré, los palos y el buenhacer defensivo español las frenó. El sufrimiento llegó en ataque. Nona Pérez falló un mano a mano y otro tiro franco. A España, ofuscada en ataque, no le quedaba otra que agarrarse a su defensa. Australia perdió efectividad en sus superioridades (60%) y el tiempo fue corriendo... España jugó con el reloj, curtida en mil y una batallas. Bea Ortiz le pusó la llave al partido a falta de un minuto con el 9-12. Ni lo celebró. Miki Oca tragó saliva con un “vamos”. Y la final se hizo realidad. La leyenda de las guerreras se sigue escribiendo...