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BOXEO

Kiko Martínez en 12 asaltos

El ilicitano, campeón del mundo en dos pesos distintos (pluma y supergallo), pone punto final a una de las carreras más exitosas del boxeo español. Y la repasa con AS

Actualizado a
Kiko Martínez.
FITO GONZALEZDIARIO AS

Kiko Martínez (44-12-2, 31 KO) es uno de los máximos referentes del boxeo español. El ilicitano fue campeón del mundo en dos pesos distintos (pluma y supergallo) y viajó por todo el mundo para seguir sumando éxitos a su carrera. El 20 de agosto decidió colgar los guantes a sus 37 años después de pensarlo mucho. No fue fácil dejar el boxeo, el deporte que tanto ama y que le ha dado todo. “Siempre amé esto. Para mí lo difícil nunca fue entrenar sino cuidarme, no salir con los amigos o dormir en una cama solo, sin mi mujer. Pelear y entrenar era lo que yo amaba”, cuenta el excampeón. Repasa su carrera con AS.

De pequeño jugaba al fútbol

El boxeo no fue el primer deporte que practicó Kiko Martínez. “Yo jugaba al fútbol desde muy niño. Lo hacía bastante bien, era zurdo”, revela el ilicitano. Como a la mayoría de niños, el deporte rey fue el que llamó la atención del ilicitano, y lo practicó durante mucho tiempo, hasta que descubrió el que sería su verdadera pasión: el boxeo.

Se pasó al boxeo para defenderse

Kiko se apuntó a boxeo para “defenderme y ponerme fuerte”. No tenía intención de hacer una carrera como púgil, pero cuando lo probó, se enamoró de este deporte. “Estábamos constantemente en la calle mis hermanos y yo”, cuenta el excampeón. El boxeo es un deporte que ha sacado a muchos chicos de la calle y ha hecho que se centren en la vida. También fue el caso del excampeón de Europa Juli Giner.

Kiko era ‘La Sensación’

El apodo del español se lo ganó desde sus inicios. “Veían a un niño tan pequeño que transmitía unas sensaciones muy grandes. Como le pegaba a la gente mayor, hacía grandes peleas, la valentía que tenía...”, comenta. Nunca tuvo miedo de enfrentarse a ningún rival y viajaba por toda España para pelear. Cuando fue creciendo, lo hizo por todo el mundo.

Boxeo y trabajo iban de la mano

Kiko alternó durante muchos años el deporte con el trabajo para poder subsistir. “Trabajé en la obra, en un catering, recogiendo almendras o tomates... En lo que me salía”, explica. Hacía todo lo posible para poder compaginar su sueño de ser campeón del mundo con sus obligaciones. Por la mañana trabajo y por la tarde entreno. “Era lo que yo hacía durante la mañana para poder vivir y ayudar a mi familia en esa etapa”, cuenta el ilicitano.

La primera gran bolsa

Japón fue el país que le dio a Kiko su primera gran bolsa al derrotar a Hozumi Hasegawa (36-5-0, 16 KO) en una defensa de su título del peso supergallo de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). “Gané dos títulos mundiales casi gratis. Debía mucho dinero por una deuda en la que me metieron, por eso peleé por mucho tiempo gratis, no quería deberle dinero a nadie”, relata. El excampeón no quiere revelar la cifra que se llevó a casa, prefiere guardárselo para él.

Carl Frampton: el rival más duro y el primer KO

El primer boxeador que noqueó a La Sensación fue Carl Frampton (28-3-0, 16 KO). La primera vez que se vieron las caras fue en 2013, y el británico le arrebató el EBU del supergallo en Belfast por TKO en el noveno asalto. Volvió a ganarle en septiembre de 2014, esta vez por decisión unánime, y le quitó el título mundial de la FIB. “Fueron muy duras, pero aprendí mucho de ellas”, recuerda Kiko.

Kiko Martínez y Carl Frampton.
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Kiko Martínez y Carl Frampton en su primer combate.Cuenta de Twitter: @Punto_Boxeo

Su entrenador firmó un contrato falso

Kiko encontró piedras en el camino, y una de ellas fue su primer entrenador. El segundo combate con Frampton se tendría que haber hecho en España, la promotora del ilicitano (en aquel momento era Maravilla Box) ganó la subasta. “Mi primer entrenador firmó un contrato falso mío. Un calígrafo demostró que lo firmaron por mí, yo no lo hice. Me tocó ir a Irlanda para no meternos en juicios y que el combate se demorara más. No queríamos perder tiempo porque yo tenía ya una edad, nos podíamos haber tirado años esperando a que ese juicio saliera”, relata el español. Viajó hasta Belfast de nuevo y se dejó su título a los puntos.

Sus destinos preferidos: Estados Unidos y Japón

Kiko recuerda con especial cariño sus combates en Estados Unidos y su defensa en Japón. La primera vez que fue al continente americano fue en febrero de 2016 para luchar por el título del peso pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) con el mexicano Leo Santa Cruz (38-2-1, 19 KO) en California. Repitió viaje en mayo de 2019 por el cinturón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), esta vez en Brooklyn, con Gary Allen Russell Jr. (31-2-0, 18 KO). Ambos pleitos terminaron por TKO en el quinto asalto.

En Japón hizo una defensa exitosa de su FIB ante Hasegawa. “La experiencia fue increíble. Fue algo muy bonito porque me trataron muy bien. Ganar a un Salón de la Fama como Hasegawa... Lo que viví ahí, para mí, fue la aventura más grande en el boxeo”, asegura el ilicitano.

Conoció a Mike Tyson

En una de sus visitas a Estados Unidos conoció a la leyenda del boxeo Mkke Tyson en un evento cuando estaba realizando una preparación. “Poder esta con él hablando de tú a tú con un traductor. Fue maravilloso, increíble, algo que lo recuerdo con mucho cariño”, cuenta Kiko.

Estuvo siete días con Sergio Maravilla Martínez (57-3-2, 32 KO), que venía de ganar al hijo de Julio César Chávez. “Un compañero de equipo, Javier Fortuna, peleaba en Las Vegas, en la cartelera de Manny Pacquiao. Para mí, fue maravilloso poder estar esos días con él y vivir todo aquello”, relata.

Tiene más de un referente

El ilicitano ha tenido muchos referentes en el mundo del boxeo desde que veía los combates siendo un niño. “Cuando era muy pequeño, me metía en casa de mis padres a ver cintas de vídeo de Julio César Chávez, Marco Antonio Barreras, Erik Morales, Tito Trinidad...”, destaca Kiko. Se fijaba en ellos, en sus habilidades sobre el ring, para aprender y mejorar día a día.

Su sobrino sigue sus pasos

El sobrino de Kiko, Sergio Martínez, también ha decidido dedicar su vida al boxeo y está en el equipo nacional desde los 13 años. “Uno de mis mayores deseos es que sea campeón olímpico. Creo que se me ponen hasta los pelos de punta decirlo porque creo mucho en él y en el esfuerzo que está haciendo, que no es poco. Estoy encantado con él porque está pagando un precio muy alto por ser campeón”, revela.

El ilicitano explica que, cuando su sobrino tiene vacaciones, entrenan juntos. “Le entreno y hacemos el aeróbico juntos, las pesas, la carrera. Lo hago con él solo para que siga mejorando”, cuenta.

El boxeo le salvó la vida

El deporte le sacó de la calle y le alejó de las malas compañías que frecuentaba de joven. Le ayudó a ser quien es a día de hoy. “El boxeo me lo dio todo. Me ordenó la vida y se lo debo todo”, sentencia. Kiko cuenta que vivió “una etapa muy mala en los años 90 y los 2000″.

“Era una etapa muy mala para mí porque vivía en un pueblecito pequeño con amigos de todo tipo, pero ningún atleta. Me sacó de la calle el boxeo y el deporte, por eso se lo debo todo”, asegura. Está muy contento con el camino que decidió tomas ya que le ha dado la vida que tiene. “Me ha dado mi casa, un futuro bueno a mis hijas. He podido ayudar a mis hermanos cuando me lo han pedido, a mis padres, mis amigos”, agradece uno de los máximos representantes del boxeo español.