Kiko Martínez: “Echo de menos el boxeo todos los días”

Si hay que nombrar un boxeador histórico en España, ese es Kiko Martínez (44-12-2, 31 KO). Conocido como La Sensación, el ilicitano se proclamó campeón del mundo en dos divisiones de peso (pluma y supergallo), viajando por todo el mundo, sin miedo a pelear fuera de casa, para cumplir su sueño. Tras una dura derrota en un nuevo asalto titular en Japón, Kiko colgó los guantes en agosto de 2023, pero ha decidido volver a ponérselos para hacer un último combate de despedida con Juli Giner (23-4-1, 8 KO) este sábado (20:00 horas, Twitch de Sportium) en el Olimpic Arena de Badalona.

Kiko, usted colgó los guantes en agosto de 2022, tras caer en Japón ante Reiya Abe (26-4-1, 10 KO) en una eliminatoria por el Mundial FIB del peso pluma. Decidió ponerle punto y final a una carrera superexitosa. ¿Qué pasó para que ahora mismo decida volver a pelear?

Pues yo creo que la motivación de despedirme de mi país en un gran evento, de saber que es mi última pelea. Yo eso no lo sabía cuando iba a pelear en Japón. Yo pensaba que iba a ganar y que iba a volver a ser campeón del mundo y todas esas cosas que te da la fe, pero en ningún momento pensaba que iba a ser mi última pelea. Ahora sí que lo sé, que va a ser una última vez que subo al ring con un gran peleador español, en un gran evento. Me ha motivado todo. El saber que ya no voy a volver a subir al ring, el despedirme de mi país ha sido lo que me ha motivado a volver a ponerme los guantes.

Cuando me llamó el promotor, me lo vendió bien. Me pareció bien porque no quería estar metido en un circo y, obviamente, estuve pensando mucho en hacerlo o no. Cuando me dijo que había tiempo para prepararnos y que mi rival iba a ser Juli Giner, que es un gran peleador, que le quiere mucho también toda España, subir al ring con un competidor nato, eso a mí me hizo también tener ganas. Si me llega a decir: ‘Oye Kiko, vas a pelear con un jornalero que solamente va a ir a perder’, pues obviamente le hubiera dicho que no, porque no me hace falta hacer eso para vivir ni para irme a gusto. El hecho de subir al ring con un español que también quiere hacerlo bien, que quiere dar la mejor versión de sí mismo, va a hacer que yo me entregue más, trabaje más y que llegue al evento más ilusionado.

Claro, tanto Juli como usted son dos de los boxeadores más queridos en España. Les quiere mucho la afición española.

No sé si somos los más o los menos queridos, pero creo que a los dos nos quieren mucho y entonces la afición española lo va a disfrutar. Es como todo en esta vida. Él tiene lo suyo, yo tengo lo mío, pero ninguno de los dos vamos con malas intenciones, sino con ganas de dar un gran espectáculo y luego seguir como seguimos, yo respetándolo a él y él respetándomelo a mí. Y admirándolo como yo lo he admirado en su carrera, cuando ha sido campeón de Europa afuera, cuando ha tenido las peleas grandes... Eso es un respeto que yo le tengo siempre y que le tendré toda su carrera, pero el día 15 de febrero, daremos lo mejor de nosotros para irnos a gusto de este deporte que nosotros tanto amamos.

¿Y cómo será este combate? ¿Qué cree que se encontrará la gente?

Van a ver a dos chicos encima del ring que quieren dar lo mejor de ellos, que van a llegar en unas grandes condiciones físicas y motivados. Se lo van a pasar muy bien al ver a dos peleadores, a lo mejor no en su mejor versión, pero van a dar una gran versión, y eso es lo que van a ver ellos. Van a ver a dos peleadores que no son ningún jornalero, que no van a perder ni se van a vender. Van a dar lo mejor de ellos, tanto Kiko Martínez como Juli Giner, y eso lo va a agradecer la afición que irá a ese evento. César Córdoba, Maravilla Martínez, Kiko... Y todo el evento que hay detrás, que va a costar mucho que vuelva a hacerse. Creo que la afición tiene que acudir, porque este evento será bueno, no para que te lo cuenten, sino para vivirlo. Las cinco o seis horas que estén ahí, desde antes, como cuando hacen un evento en Estados Unidos grande, que lo más bonito es el proceso, el pesaje, la pelea y todo, que es lo que la gente va a vivir ese día.

El combate es una exhibición, pero van al KO, ¿no?

Si hay un KO, va a haber un ganador. Obviamente, seguramente se vaya a buscar, porque yo soy un peleador de choque y él lo sabe. Todo el mundo lo sabe. Y, si no lo hay, pues hará un combate nulo y lo disfrutaremos todos, pero sí que va a haber chipas en la pelea.

¿Y tiene algún pronóstico?

No, es salir y disfrutar, y ser Kiko Martínez. Ese es mi pronóstico. Y, si salgo a ser Kiko Martínez, lo haré muy bien, como siempre, y daré mi mejor versión. Eso es lo que yo no me puedo olvidar de darles a ellos. Yo sé que voy a su casa, que me tengo que exigir, porque peleo en un peso que yo nunca he peleado. Entonces, obviamente, él va a subir muy grande a la pelea, y yo voy a tener que estar muy, muy, muy concentrado en eso, porque no sé a qué hora nos van a pesar, todavía no me lo han dicho. Pero le van a dar tiempo a recuperar. Todo va a estar en contra mía, y yo tengo que dar mi mejor versión para estar a la altura porque se piensa que va a ser un camino, pero no lo va a ser, va a ser una pelea exigente.

¿Cómo se ha estado preparando para esta pelea? Porque, al final, hay muchos factores nuevos. También lleva un tiempo sin competir...

Ha sido todo muy complicado, más complicado que antes. Yo trabajo, tengo una familia, tengo dos hijas, también doy varias clases personales semanales a competidores de muchas disciplinas... Entonces, es entrenar cuando puedo. Ahora ya no es como antes. Entreno los fines de semana por las mañanas, pero por las tardes no puedo entrenar, porque tengo que dar mis clases de boxeo, yo no puedo abandonar a mis peleadores, ni a mis alumnos, ni a mis hijas... No puedo abandonar a nadie. Es algo que yo he aceptado, y que yo tengo que hacer de alguna manera, sin molestar a los que realmente están conmigo, porque yo no puedo decirle a la gente: ‘Esperad, que me tengo que preparar dos meses’, como hacía antes. O decirles a mis hijas que ahora no puedo estar con ellas... Antes lo hacía, pero tenía cargos que me cuidaban a mis hijas. Ahora, no puedo hacer eso. Tengo que tragar con lo que yo he aceptado, y tengo que asumirlo. Ser un hombre. Entonces, ahora entreno los fines de semana, todos los días libres, todas las mañanas, pero por las tardes no. Todo más complicado que antes, pero llegaré en una gran forma física, ya verás.

Eso es de ser muy valiente, ¿no?

Es que no se podría hacer de otra manera. Yo no puedo coger y abandonar todo por un evento que igual se hace o no, pero yo no puedo creer en dejarlo todo. Perdería todo lo que tengo por un evento, el cual pues va a ser algo muy bonito para mí, pero para mí, no para el que está a mi lado. Tengo que seguir con mi vida y asumir lo que yo he aceptado sin quitar nada en mi vida.

¿Cómo ha sido su vida desde que colgó los guantes?

Ha sido muy difícil. Es complicada porque yo amaba la competición, yo amo la competición. Levantarte toda una vida a las cinco o siete de la mañana, cuando toque, o ir a entrenar a las tres de la tarde, comer a las once de la mañana... Es lo que yo he hecho toda una vida, pero es lo que yo amaba hacer. Para mí nunca fue algo malo. El hecho de no tener un aliciente, de ganarle a alguien que es mejor que yo, pues para mí ha sido un proceso triste. Pero bueno, me he mantenido activo entrenando. No quería coger peso, abandonarme, porque es lo que hacen muchos peleadores que yo he visto. Hacer todo lo contrario a lo que han hecho una vida entera. Beber, comer... Yo he seguido con mi rutina, sin recibir golpes. Dejé los sparring para no recibir golpes en mi cabeza, pero seguía madrugando, entrenando, comiendo bien, no bebo alcohol, no fumo... He seguido cuidándome bien para no abandonar mi cuerpo, porque si yo entiendo que he abandonado mi cuerpo, mi mente me va a traicionar.

¿Echa de menos el boxeo, entonces?

Todos los días. Todos los días echo de menos que me llame Óscar (Zardaín), o Eddie (Hearn), o una promotora fuerte para hacer una gran pelea, para ganarle a alguien que sea mejor que yo. El que es competidor lo va a echar de menos toda su vida. A lo mejor el que no lo era, pues puede decir que ya ha hecho lo que tenía que hacer, pero yo he sido inconformista en mi vida y es lo que no me hace ser feliz a lo mejor, por lo menos dentro de mi competición.

Usted es historia de España. Cuando se habla de grandes boxeadores, se habla de usted. ¿Es con lo que se queda?

Yo me quedo con la gente, porque al final el legado más grande que podemos tener en la vida es ser buena persona. Todo lo demás, da igual. El dinero es una mierda, estoy en contra de lo materialista... El único legado que podemos tener es la palabra y ser buena persona. Lo que dices lo haces y no meterte en la vida de nadie, ni criticar a nadie. No lo hago, va en contra de mis valores. No quiero saber nada de nadie y espero que a todo el mundo le vaya bien la vida, porque así no joden y, aún así, joden más de uno. Solamente quiero estar tranquilo, es lo que yo le pedí a Dios toda mi vida.

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