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BÉISBOL | CLÁSICO MUNDIAL

Japón hace del béisbol su pasatiempo: campeón del Clásico Mundial

Con un equipo mayormente autóctono, Japón desbanca a la constelación de estrellas estadounidense en una emocionante final del Clásico Mundial.

Japón hace del béisbol su pasatiempo: campeón del Clásico Mundial
MEGAN BRIGGSAFP

El pasatiempo de América. Así se concibió, durante años, el béisbol. El deporte rey en la tierra prometida del deporte profesional. ¿Ha dejado de serlo? La pregunta se la hacía estos días ni más ni menos que Sports Illustrated, la gran referencia de la prensa deportiva estadounidense. Y no es una cuestión baladí. Mientras que el fútbol americano ha desplazado al béisbol en la lista de preferencias yanqui, en Japón se ha convertido en un bestseller, con encuestas que le dan un 45% de favoritismo entre el público nipón. Una fiebre que se traslada a los resultados. En la madrugada del martes al miércoles, la selección del país asiático se coronó campeona del Clásico Mundial por tercera vez en las cinco ediciones disputadas desde su creación en 2006.

Se impusieron en una vibrante final a Estados Unidos, el equipo de los 2.000 millones de dólares, un auténtico Dream Team. La cifra no es un decir. En la plantilla norteamericana figuraban Mike Trout, Pete Alonso, Mookie Betts, Will Smith, Trea Turner, JT Realmuto, Nolan Arenado, Paul Goldschmidt, Kyle Tucker... Una constelación de estrellas de la MLB nunca antes reunida. 226 millones de dólares en salarios solo esta temporada, los citados 2.000 sumando el valor total de todos los contratos. Un cóctel aparentemente indigerible para cualquier rival.

Enfrente, un combinado japonés igual de autóctono, pero bastante más austero. De sus 30 integrantes, solo cuatro juegan fuera de las fronteras japonesas, todos en Estados Unidos. Tampoco son unos cualquiera. Entre ellos, Shohei Ohtani, la gran figura actual de la MLB, una amenaza doble, tan peligroso desde el montículo como al bate. El gran reclamo de la próxima agencia libre y el gran protagonista de la final con su strikeout a Mike Trout, compañero en los Angels de Los Ángeles, para sellar la victoria en el Loan Depot Park de Miami, territorio hostil. Le acompañaban en la empresa Yu Darvish, un pitcher de portada de videojuego, figurón de los San Diego Padres, y Masataka Yoshida, que recientemente ha cambiado la liga japonesa por los Boston Red Sox.

Pero también productos interesantes de la cantera nipona que seguramente no tardarán mucho en cruzar el Pacífico. Caso de Roki Sasaki, el ‘Monstruo de la Era Reiwa’ (la actual en el calendario japonés), un lanzador cuya bola rápida, en el entorno de los 165 kilómetros por hora, así como su récord, 9-4 con un ERA de 2.02 y 173 strikeouts en solo 129 entradas en su primera temporada en la liga japonesa, han llamado poderosamente la atención. O el jardinero Muretaka Murakami, que casi saca la bola del estadio en el home run que puso en ventaja a su equipo en la final, con una velocidad de salida de 185 km/h. Nombres que, junto a las audiencias (el directo de este diario de la semifinal entre Japón y México, semifinalista por primera vez en su historia, atrajo a más de un millón de usuarios únicos, y a 2,5 millones en la retransmisión televisiva de FOX) prueban que el béisbol ya no es solo el pasatiempo de América. Como poco, también es el de Japón.