El Premier Padel se refuerza con el P-1 que se disputa en Madrid

Dos de las parejas destacadas del ranking mundial, Franco Stupaczuk y Pablo Lima (cuarta mundial) y Javi Ruiz y Pablo Lijó (duodécima) visitaron ayer martes en la Redacción de AS, donde explicaron la marcha de esta temporada intensa en la que disputan los dos circuitos profesionales más importantes, el tradicional World Padel Tour y el Premier Padel, el nuevo y reciente que impulsa la Federación Internacional y que ha traído a Madrid su cuarta prueba de la temporada tras los Majors de Doha, Roma y París.

Las dos parejas tuvieron ayer un resultado dispar: mientras Franco y Lima siguen adelante, Lijó y Ruiz se retiraron de la competición por lesión de este último, que evitará que la pareja viaje a Mendoza (Argentina) la semana próxima a disputar el quinto torneo del Premier. “Tenemos que recuperarnos físicamente y hacer una mini pretemporada para preparar la segunda parte del año”, comentaba Ruiz.

Este año será el más duro e internacional en la historia del pádel profesional. “Nunca hemos tenido tantas pruebas en el WPT, y con los diez u once del Premier nos vamos a unas treinta”, comenta Pablo Lima, para quien “el número ideal de torneos sería entre quince y veinte”, aunque Lijó entiende que “25 ó 30 no es exagerado para jugadores que acaban en octavos o en cuartos, pero sí es muy exigente para los que disputan las finales; por eso habría que buscar otro sistema para elaborar el ranking, que no haya que puntuar con todos los torneos”.

En lo que va de temporada los jugadores mantienen un comportamiento profesional en sus compromisos deportivos con el World Padel Tour, aunque reconocen que el Premier les ha llevado a lugares impensables, como Roma, Londres o Doha con un trato personal que hasta ahora no habían tenido. “En Madrid no notamos esas diferencias porque en el WiZink hemos jugado muchas veces, y antes y ahora es un lugar emblemático de alto nivel”, asegura Stupaczuk, y Lima incide en que con la llegada del Premier como competencia “hay que reconocer que el WPT también ha mejorado el trato con los jugadores”, pero Lijó también añade “que a veces se hace difícil trabajar para una empresa que te ha puesto una demanda millonaria, y aunque no la gane sí es una presión más”. “Yo no jugaría el World Pâdel Tour”, aunque sabe “que hay que hacerlo por profesionalidad y compromiso y es el trabajo que tenemos”, y Stupaczuk apoya al gallego: “Con la demanda que nos han puesto, yo no juego a gusto”. (La demanda del WPT se fundamenta en un contrato de exclusividad, de no jugar más que en ese circuito). “Lo más interesante que estamos viendo en estos torneos es que gracias al Premier hemos descubierto a jugadores muy buenos, pero como no entraban en el cuadro eran desconocidos para todos además les costaba dinero y esfuerzo poder inscribirse; ahora, al menos, son reconocidos y tienen ingresos”, asegura Lima.

Como jugadores los cuatro consideran que ellos tienen algo que decir en la programación de la temporada, en cómo se gestiona el ranking y la participación en los torneos con una interveción de la Asociación, más cercana a lo que les ofrece el Premier en el que tienen una participavción que el World Padel Tour, que les obliga a cumplir el calendario completo. “Una temporada tan intensa sólo se puede soportar con una buena programación, un torneo cada dos semanas, y no estar un tiempo parado y luego tener dos o tres torneos seguidos”, considera Stupaczuk.

Pablo Lima, un exnúmero uno (con Belasteguín), asume que a sus “36 años de lo que se trata es de disfrutar”. En el pasado ha ganado en Madrid, y ahora “en este torneo P-1 tan bien presentado, habrá que intentarlo, aunque las características del torneo obligan a ser un jugador completo, con mucho repertorio porque hay que trabajar los puntos: no se trata de pegarla, porque con eso no es suficiente en esta ocasión. El espectáculo en Madrid, es este P-1, pasa por la paciencia y la calidad”.