Devin Haney: de su debut en Tijuana antes de los 18 años a su cuádruple corona

Devin Haney (31-0-0, 15 KO) ha sido, con 25 años, campeón del mundo en dos pesos distintos. El estadounidense fue monarca indiscutido del ligero y ahora lleva ceñido el cinturón del superligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Una corona que defenderá la madrugada del sábado al domingo (03:00, DAZN) ante Ryan García (24-1-0, 20 KO) en el Barclays Center de Brooklyn, Estados Unidos.

Haney lleva prácticamente toda la vida en el boxeo. A los 7 años, empezó a practicar este deporte porque tiene trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y su padre, que fue su entrenador durante los primeros años, quería que aprendiese a gestionar la energía extra, además de ayudarle con la concentración. Al ver el potencial que tenía su hijo, Bill Haney decidió mudarse a Las Vegas cuando él tenía 14 años para explotar todas sus cualidades al máximo.

Durante su estancia en Las Vegas, conoció y entrenó con Floyd Mayweather, a quien considera un mentor. El sueño del campeón era ir a los Juegos Olímpicos y conseguir, como hizo su inspiración, una medalla antes de dar el salto a profesional, pero como no tenía todavía los 18 años, no pudo ir a Río 2016 y no quiso esperar hasta el siguiente ciclo olímpico. Cerró su etapa amateur con 138 victorias y ocho derrotas.

Su edad fue nuevamente un problema. En Estados Unidos, para pelear como profesional tienes que tener 18 años y Devin todavía no los cumplía. Por eso, decidió irse a Tijuana, México, con 17 años y 23 días, para ponerse los guantes pequeños. Debutó en el Billar El Perro Salado, peleando dos veces en ocho días. Su primer oponente fue el mexicano Gonzalo López (3-8-3, 0 KO) y le noqueó en el primer asalto. El segundo, José Iñiguez (7-38-0, 1 KO), corrió la misma suerte. Cuando fue mayor de edad, alternó los combates en Tijuana con algunos en Estados Unidos, llegando a hacer 11 en un año.

Haney siempre fue avispado, y decidió ser su propio mánager. En 2019, fichó por Matchroom, aunque seguía teniendo el poder de decisión sobre sus combates. Con la promotora inglesa llegó el primer cinturón. Se proclamó campeón interino en septiembre de 2019, al acabar antes del límite con Zaur Abdullaev (19-1-0, 11 KO). Poco después, el CMB le ascendió a campeón absoluto, ya que le dio un cinturón superior a Vasyl Lomachenko (17-3-0, 11 KO). Cuando cumplió los 23 años, su contrato con Matchroom terminó y siguió su camino.

Su siguiente paso fue George Kambosos (21-2-0, 10 KO). El australiano acababa de arrebatarle las coronas a Teofimo López (20-1-0, 13 KO), dando la gran sorpresa. Se proclamó indiscutido al vencerle por una contundente decisión unánime, y lo reafirmó en una revancha que se llevó con el mismo resultado, ambos combates en casa de su oponente. Defendió su título con Lomachenko, a quien también ganó por decisión unánime, pero de una manera mucho más polémica que dio lugar a un gran debate sobre quién había sido realmente el ganador aquella noche.

Después de esta segunda defensa, Haney decidió subir de peso. El CMB le puso fecha límite, y este decidió escoger a Regis Prograis (29-2-0, 24 KO), que en aquel momento era campeón del superligero. El norteamericano le arrolló para quitarle la corona de una forma contundente. Cuando se ciñó el cinturón, Devin tenía claro lo que buscaba: grandes nombres y grandes bolsas de dinero. Para ello, uno de los rivales que propuso fue Ryan García, que es uno de los púgiles más rentables. Este sábado, uno de los combates del año.

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