Mike McDaniel, el entrenador más particular: “Sé llegar a los jugadores”

Si se hace un rápido repaso a los 32 entrenadores principales que hay en la NFL, la gran mayoría corresponden a un perfil de hombre grandullón, de tipo duro, cercano en ocasiones al de un jugador de fútbol americano porque lo practicaron en el pasado, y de una edad media de 47,7 años. Uno de los pocos que rompen con este patrón es Mike McDaniel, head coach de los Miami Dolphins, sin duda alguna uno de los tipos más particulares que hay en toda la liga. Su cercana personalidad, su constante sentido del humor y su apariencia le ha convertido en uno de los grandes personajes de la competición desde que llegó al cargo en 2022, cuando tenía tan solo 39 años. Tres temporadas después, su puesto corrió serio peligro después de un inicio de curso con dos triunfos y siete derrotas, pero la victoria del pasado domingo ante los Buffalo Bills, todo un aspirante a la Super Bowl, le dio un importante balón de oxígeno a McDaniel, de quien se rumoreaba que podría perder el cargo después del partido de este domingo en Madrid ante los Washington Commanders (15:30, DAZN en abierto y Cuatro).

De 1,75 metros de altura y poco más de 70 kilos de peso, con gafas y una barba desaliñada, McDaniel llamó la atención desde el primer momento tanto por su físico, poco habitual en una liga de grandullones, y por su forma de vestir. Los días de partido, siempre se le ve en la banda con unas gafas de sol de aviador y los cascos en la cabeza, una sudadera con capucha y, sobre todo, los pantalones del chándal remangados, dejando la tibia al descubierto. Hasta ha inspirado numerosos disfraces de Halloween en Estados Unidos, tratando de recrear su icónico look. “No tiene sentido alguno, me niego a aceptar esa idea”, dijo el año pasado después de que el vídeo de un niño imitándolo se hiciese viral.

Su carisma, sin embargo, va mucho más allá de eso. Su personalidad es arrolladora, cercana, entregada a su equipo. No tiene reparos en chocar pecho con jugadores que doblan su peso, da discursos motivacionales que sin duda llegan a los suyos. A pesar de que se formó en la prestigiosa universidad de Yale, donde jugó de receptor, alcanza todo tipo de registros para conectar con todo el vestuario, y su carácter afable se vislumbra cada vez que tiene un micrófono delante. Un ejemplo de la clase de persona que es McDaniel lo resume muy bien una historia del pasado fin de semana, cuando, después de vencer a los Bills, se le vio pasar por su coche, con la ventanilla bajada y con una sonrisa, por delante de un bar de Miami en el que se congregan aficionados de Buffalo. “Vivo en esa zona, pero bueno, será inteligencia artificial, ¿no?“, dijo con ironía cuando se le preguntó por ello. Otro día, cuando le preguntaron por qué estaba siendo una gran mañana, su respuesta no dejó indiferente a nadie: ”Porque estamos un día más cerca de la muerte".

Por todo ello, en ocasiones puede dar la ocasión de que a McDaniel le podría costar un extra el ganarse el respeto del vestuario, aunque el técnico le contó a AS su “fórmula” para ello durante su rueda de prensa en la Sala VIP Puerta del Sol del Estadio Metropolitano, donde los Dolphins se ejercitan estos días. “Ser entrenador se trata de llegar a la gente, tienes que ganarte su respeto y aprecio, siendo valioso lo que dices para que te escuchen. Pones unas reglas para seguir un estándar. Lo principal es que intentas desarrollar a los jugadores y maximizar su potencial, sobre todo desde un punto de vista mental. Hay una manera con la que sé hacerlo y es llegando a los jugadores, conociéndolos en sus muchos lados, pero haciendo que sean responsables, maximizando su talento y siendo profesionales. Nunca he visto a nadie responder de forma no auténtica, y eso es algo importante cuando trabajas de una forma profesional”, explicó Mike.

El de Aurora, Colorado, ahora de 42 años, vive ahora unos días más tranquilos en Madrid gracias a la vida extra que le dio el triunfo de los suyos sobre los Dolphins, aunque él trata de abstraerse del ruido y rumores sobre una posible destitución, como ya le pasó a Chris Grier, general manager de los de Miami que fue despedido hace dos semanas. “Te acostumbras en el deporte profesional a que sucedan cosas, sobre todo cuando los resultados no están ahí. Como entrenador de un equipo estoy muy centrado en la forma en la que jugamos, y en mantener a los chicos centrados. Colectivamente, hemos hecho un gran esfuerzo para estar centrados en el siguiente rival. Cuando hay cosas fuera de tu control, lo mejor que puedes hacer es no preocuparte de ello. Es lo que hizo el equipo, son un resultado del esfuerzo colectivo. Nos centramos en los Bills y eso haremos esta semana con los Commanders”, dijo el head coach, que lamentó no hablar español para exprimir su experiencia en el país.

“De momento he visto la oficina del hotel que tengo, aunque el camino al estadio ha sido precioso. Me recuerda al norte de California, me gustaría ver muchas cosas. Sé dónde están las bebidas, los ordenadores y los bolis. Pero lo veremos a partir del viernes”, reconoció McDaniel, impresionado por el Metropolitano. “Me he metido en medio de una rivalidad (por entrenar en el hogar del Atlético de Madrid), no conozco el estadio en el que jugamos, pero aquí estoy muy impresionado. Es de primera clase y tenemos mucha suerte por tener acceso a una instalación así, tiene todo lo que un equipo de fútbol americano necesita", afirmó el entrenador antes de declararse fan del soccer. “Soy un gran fan del fútbol, creo que nunca me he perdido el Mundial, la gente de todo el mundo refleja lo global que es el deporte, luchan por su equipo cada cuatro años, eso ha incrementado mi pasión por el deporte. Soy un aficionado, en mi segundo año en los Texans había una exhibición en la que jugaba el Barcelona, fue un evento muy chulo y les he seguido desde entonces”, sentenció un personaje particular como pocos en la liga.

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