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HALTEROFILIA

Lydia Valentín ya es leyenda: “Me voy llena y feliz”

La triple medallista olímpica (oro, plata y bronce) anuncia su retirada con 38 años al no poder superar una lesión de cadera que ya le condicionó en Tokio.

Lydia Valentín, en su despedida en el COE.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Lydia Valentín, finalmente, no pudo levantar un último peso. El de la lesión de cadera que la obliga a retirarse con 38 años y contra su voluntad, pues ha luchado por estar en París 2024, donde tenía la ilusión de ser la abanderada en los que hubieran sido sus quintos Juegos.

“Es el día en el que anuncio mi despedida del deporte de élite, pero me gustaría que fuese una celebración de mis éxitos, me voy feliz, llena y muy agradecida por conseguir más de lo que imaginé. Puse mi deporte en lo más alto del mundo e hice historia en mi país. Me gustaría que se me recordara como una leyenda que lo ha conseguido todo desde un país que no es una potencia”, dijo hoy, serena, en el Comité Olímpico Español, rodeada de los suyos, del presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, para el que tuvo un especial agradecimiento, y Víctor Francos, secretario de Estado para el Deporte.

Con 15 años, Lydia le dijo a su madre en Camponaraya (León) que le preparara una “maleta grande” para marcharse a Madrid, a la residencia Blume. Tenía claro desde que se enamoró de los cinco aros olímpicos viendo los Juegos de Barcelona 1992 (“El príncipe saludando, todo el país involucrado…”) que ella estaría en unos. Y eligió la halterofilia. Un deporte solitario en el que deja huella.

Constantino Iglesias (presidente de la Federación Española de Halterofilia), Alejandro Blanco (COE) y Víctor Francos (CSD), con Lydia Valentín en su despedida.
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Constantino Iglesias (presidente de la Federación Española de Halterofilia), Alejandro Blanco (COE) y Víctor Francos (CSD), con Lydia Valentín en su despedida.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Lydia se marcha con un oro (Londres 2012), una plata (Pekín 2008) y un bronce (Río 2016). Y las dos primeras medallas no las recibió sobre el podio, ni escuchó el himno. Se las entregaron después, cuando se demostró mediante reanálisis que las rivales que la ganaron estaban dopadas, que habían hecho trampas. “La halterofilia me ha dado y me ha quitado mucho”, recordó en su alocución. “Nunca ha competido en igualdad de condiciones. Es un ejemplo de deporte limpio. Pese a los casos de dopaje, siempre fue a entrenar al día siguiente buscando el éxito. Van a pasar siglos hasta que alguien pueda hacer lo que has hecho”, valoró Blanco, que la definió como “una deportista modelo, dueña de su destino”.

Por el camino, quedan también la distinción de ‘Mejor halterófila mundial’ dos años (2017 y 2018) y cuatro medallas mundiales en total olímpico (dos oros, una plata y un bronce entre las categorías de -75 y -81 kg). Además de cuatro oros, cinco platas y tres bronces en europeos.

“Me lesioné a principios de 2021, y aun así quise estar en Tokio. Unos Juegos te exigen muchísimo y no estoy al cien por cien recuperada a 300 días de París. Era complicado estar a tope y no iba a competir sin ser la Lydia que he sido. Ya lo he conseguido todo y prefiero cuidar mi salud porque tengo una vida por delante. Ha sido una lesión grave por la que me he sentido mal durante mucho tiempo”, expuso sobre las razones de su decisión. “Me moriré siendo deportista. La Federación Española y la Internacional pueden contar conmigo para siempre. Estaré ahí para ayudar, porque me voy feliz”, añadió. “Hace años pensábamos que era imposible ser campeona del mundo y ahora las nuevas generaciones saben que se puede conseguir de forma limpia. Dejo ese legado”.

La última vez que se vieron sus muñequeras, su cinturón con la imagen de ‘Hello Kitty’ y su cinta rosa en competición fue en los Juegos de Tokio, en 2021, donde tuvo que salir en 87 kg en vez de en los 75 por un cambio de normativa y ya compitió infiltrada por la lesión de cadera. No pudo finalizar. “Tener que subir de peso ha afectado a mi salud”, se quejó ya allí. E inició una dolorosa carrera para recuperarse que no ha llegado a su meta. Ahora, se abrirán otras puertas, y se siente preparada: “Mi futuro será de éxito porque los valores del deporte me han curtido”. De Camponaraya al cielo, como dijo Blanco.