Lydia se retira en Tokio, pero irá a París: "Esto no es justo"

El Tokyo International Forum, un recinto futurista donde se celebran convenciones de empresas en el centro de la ciudad, acoge a los deportistas más fuertes de los Juegos. En una sala gigantesca pero vacía, más propia de una convención de Naciones Unidas que de una competición de halterofilia, Lydia Valentín salió a por su cuarta medalla en unos Juegos. Y se va de vacío, con la décima plaza. "Pero sí estaré en París 2024", se apresuró a confirmar. Tiene 36 años. Llegará con 40. Allí, probablemente, sería la abanderada de España. Un deseo que no ha podido cumplir en Tokio.

Una subida de categoría de peso (de 75 a 87 kilos) por un repentino cambio del reglamento clasificatorio de la Federación internacional a dos meses de los Juegos y problemas en la cadera, probablemente debidos a las cargas superiores que ha tenido que soportar, desembocaron en una retirada.

En la arrancada, un movimiento seco y explosivo, levantó 100, 103 y en el tercer intento falló sobre 106 kg. En dos tiempos, sólo pudo levantar 122 al primer intento y renunció a los dos siguientes. Un total olímpico de 225 kilos le dejaba por debajo de la surcoreana Yeounhee Kang (231) en el Grupo B. Y aún faltaba por salir el Grupo A con otras nueve competidoras. Un imposible. La china Zhouyu Wang fue plata con 270 kg. Después, Valentín reveló que llevaba tres días sin entrenar y se había sometido a una infiltración en la Villa. "Milagros no existen", dijo sonriendo. Con su mejor marca de este año (233 kg) hubiese sido novena. Definitivamente, no era su categoría. 

"La Federación Internacional hace lo que quiere y eso no es bueno para el deportista. Tener que subir de peso ha afectado a mi salud", se quejó. Su oro, plata y bronce olímpicos los obtuvo en 75 kg. En abril no pudo asistir al Europeo, donde iba a sellar su billete en su categoría, por una gastroenteritis. Luego, la Federación Internacional modificó el sistema a un mes de cerrarse las listas y la española se vio en el abismo. Podía quedarse fuera en 76 kg por su posición en el ranking. Acudió en mayo al Preolímpico de Colombia y con pesarse se metió en los Juegos... pero en 87 kilos.

"Ahora tengo más claro que nunca que voy a ir a París, porque quiero competir como yo soy. En mi categoría. Esto no ha sido justo", cerró. El excelente ciclo que había protagonizado (campeona mundial en 2017 y 2018 y plata en 2019) se vino al traste tras el parón por la pandemia. Pero en 2024 habrá que ver si la halterofilia (que verá reducidos de cinco a siete los pesos) sigue en el programa olímpico, tras los continuos escándalos de corrupción y dopaje en la Federación Internacional.