“La mujer en el deporte está aún para rellenar huecos”

Los procesos electorales en las federaciones españolas avanzan y, con la misma tozudez que después de los Juegos de Tokio, los datos dictan que la paridad de género en las federaciones españolas está muy lejos de alcanzarse. Un estudio de ADESP (Asociación del Deporte Español) de 2023 indicaba que un 95% de las presidencias están en manos de hombres, que también ocupan un 65% de los puestos en juntas directivas. Igualmente, el 78% de los entrenadores son hombres, el 77% de los árbitros o el 63% en las secretarías generales.

Y en las fotos del próximo ciclo olímpico, la presencia de corbatas seguirá abrumando. “Hacemos mucha formación desde ADESP, pero no tantas mujeres acaban de dar el paso a la gestión. No sé si no se sienten seguras o acompañadas, pero siempre hay una corbata que se pone por delante y corta el paso. Falta bastante todavía”, lamenta Asunción Loriente, presidenta de la Federación Española de Remo desde 2018 y responsable de igualdad de ADESP. Ella (si gana las elecciones del domingo 24 que peleará con Miguel Ángel Millán) seguirá siendo una excepción. Como Elisa Aguilar, sucesora de Jorge Garbajosa en Baloncesto desde octubre del año pasado y reelegida. O Isabel García, en Salvamento y Socorrismo. Las tres únicas presidentas.

Desde ADESP se ha promovido la Red SportNet4Women con la idea de que más mujeres pudiesen desarrollar su carrera profesional en torno al deporte, y ya han llegado a más de mil. Pero el sillón de la presidencia parece seguir casi vetado. “Tristemente, sí. El mundo federativo es muy complicado, con estructuras muy difíciles de remover, y las mujeres sufren más zancadillas que los hombres. También influye la autoexigencia que nos imponemos. Nadie es bueno en todo. Y yo animo a dar el paso. Tampoco los de la corbata saben de todo. Hay que tener menos miedo”, analiza Loriente (52 años) sobre la escasa renovación. “El deporte está aún muy masculinizado”, recuerda.

“A las juntas entran las mujeres porque la ley obliga a que haya al menos un 40%. Pero estas normas que deberían ayudarnos, a veces se vuelven en contra. Las cuatro primeras que pasan por allí o las cuatro que saben que pueden controlar son las que acaban entrando. Cualquiera lo puede ver. Todavía estamos para rellenar huecos. Y eso se traduce en que sigue sin haber una cuota femenina real que aporte. Las que están dispuestas a unirse, al final ven el panorama y dicen ‘yo no me meto’. Las que no dan el paso (dice irónica) deben ser bastante más inteligentes que yo”, sigue con crudeza el relato de la presidenta de Remo, que tuvo que afrontar en 2022 una moción de censura con trasfondo de machismo.

El caso es que pocas se animan a presentar batalla en las federaciones. Loriente lo achaca también a “la falta de profesionalización” del deporte femenino, que acaba relegando a la mujer a la base. Y a los problemas de conciliación: “Si hay algo que no tiene horas ni calendario, es el deporte. Sólo hay que ver las reuniones de junta directiva, todas a partir de las 20:30 horas. Y hay roles tradicionales de la mujer que siguen vigentes. Hemos mejorado, pero sin un giro de 180 grados”.

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