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GOLF | BRITISH OPEN

Jon Rahm se encasquilla bajo el diluvio

El español se queda prácticamente sin opciones en una jornada truculenta. Lowry se hunde y Horschel se acerca a la redención.

Jon Rahm se encasquilla bajo el diluvio
GLYN KIRKAFP

En una tercera vuelta de British Open en la que los golfistas parecieron más bien excursionistas y los hierros reinaron en los tees, Jon Rahm se dejó este sábado prácticamente todas sus opciones de atrapar su primera Jarra de Clarete en Royal Troon (Escocia). Encasquillado bajo el diluvio, enfundado en los pantalones de lluvia y un cortavientos, el vizcaíno se descolgó de la pugna por el trofeo en una vuelta aceptable para las condiciones que le acompañaron, pero insuficiente para arrimarse al sorprendente liderato de Billy Horschel en un escenario muy abierto. Un Open muy open.

Solo un puñado de jugadores consiguieron descifrar el puzzle climático, varios de ellos durante una primera parte de la jornada más benigna. Caso del sudafricano Thriston Lawrence, -6 para -3 en la mejor vuelta del día junto a la de Sam Burns, y el estadounidense Russell Henley, -5 para -3. Rahm no fue capaz de seguir el ritmo. Le hizo bogey al 2, lo corrigió acto seguido y ya no se reencontraría más con el birdie, pese a que estuvo correcto de tee a green. Se dio oportunidades, pero de media distancia, y los putts no quisieron entrar. El bogey al 12 le mató. De ahí al final ya estaría más a salvar pares que a restar golpes. Su 72, +1 para +2 en el acumulado, le deja a seis golpes de la cabeza, y este domingo lo previsto es que afloren de nuevo los paraguas en Troon. Si le sale una vuelta baja en el caos, quién sabe. “Estos torneos se ganan si metes putts y no los estoy metiendo”, resumió el vizcaíno, que se permitió licencia para soñar: “Hemos visto cosas más locas. Todavía hay margen para soñar con un posible buen domingo y darme una oportunidad”.

Antes que él habían llegado a la casa club los otros dos españoles que consiguieron pasar el corte. El extremeño Jorge Campillo, que lleva una temporada digna en su aventura en el PGA pero todavía va a tener que pelear durante lo que resta de verano y el otoño para mantener la tarjeta, se estrenó en un fin de semana de major con un +2 para +8 tras su gran viernes y se quedó muy rezagado. Igual que el amateur madrileño Luis Masaveu, quien puede irse muy contento haga lo que haga el domingo en su primera experiencia en un grande. Su sufrimiento en la tercera ronda, que completó en +7 para +13, es un aprendizaje muy valioso de cara al futuro.

La redención de Billy Horschel

El domingo podría ser el día en el que escribiese un bonito final a su historia de redención el estadounidense Billy Horschel. Un jugador sin grandes hasta ahora, pero con una carrera sólida en el PGA Tour que incluye ocho victorias, algunas de peso como el Tour Championship y el BMW de 2014 o el Memorial de 2022, esta la última antes de que su juego atravesara un periodo de depresión en el que Billy llegó a sopesar la retirada. Su causa se convirtió en la de muchos cuando rompió a llorar tras tirar un 84, precisamente en el Memorial, el año pasado. Meses después se impuso en el Corales y empezó el camino de vuelta a su sitio con los mejores. En Troon, donde jugará el partido estelar como líder tras entregar un 69, -2 para -4, ha dado otro paso gigante.

Le habría acompañado, de no ser por un doble bogey demoledor en el 18, Daniel Brown, el tapado de la edición, un tipo con dos temporadas completas y una victoria en el circuito europeo, que en sus últimos ocho torneos tiene seis cortes fallados y una retirada. Antes de ese sopapo fue capaz de fabricar cinco birdies en un día en el que no abundaron. Por suerte para el resto les añadió otros tantos bogeys y el bajón final. A su lado colapsó también Shane Lowry, el Golfista Campeón del Año en 2019, que se despeñó con un +6 para -1 y acabó desquiciado, desperdigando bolas por todos los rincones de Troon.

Con sus opciones de un segundo título muy devaluadas, las esperanzas de que vuelva a haber un campeón de las Islas Británicas tres ediciones después (en el 2020 no se disputó por la pandemia) están en Brown y Justin Rose, que perdió algo de comba con un +2 para -3. Su triunfo, que sería el primero de un inglés desde el de Nick Faldo en 1992, pondría la guinda a una de las mejores carreras que ha visto este siglo. Cerca acechan también el número uno, Scheffler, para para -2 en un día en el que el costó acercarse a las banderas, y un Schauffele sensacional, -2 para -3, con el que sería su segundo grande de la temporada tras el PGA a tiro.

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