Nueva dimensión en el golf con el inicio de la ‘era Rahm-LIV’

Corría un 13 de noviembre del año 2014 cuando, en Mayakoba (México), un amateur español de 20 años recién cumplidos pegaba los primeros golpes de su vida en el PGA Tour. Era el estreno en un gran circuito de un estudiante de Arizona State que prometía. Aquel imberbe vasco era Jon Rahm, que durante la siguiente década se forjó como uno de los mejores golfistas del planeta: dos majors (US Open y Masters de Augusta), 20 triunfos como profesional (11 en el circuito norteamericano), número uno del ranking mundial durante 52 semanas... y un cambio de aires multimillonario que es historia del deporte. Después de un invierno movido, especialmente por el terremoto generado con la firma de Rahmbo por LIV Golf a cambio de unos 550 millones de dólares (cifra no confirmada), el de Barrika, ahora con 29 años, abre curiosamente también en Mayakoba el nuevo capítulo de su vida golfística. En el campo de El Camaleón del complejo turístico mexicano echa a andar este viernes (19:15, M+) el tercer curso del circuito saudí, impulsado estos últimos meses por el sonado fichaje del número tres del mundo.

Tregua, o eso parece, al tiempo de rumores, negociaciones, declaraciones, cifras desorbitadas y, en general, momentos convulsos para el golf. Por fin llega la hora de centrarse en lo que pasa durante 18 hoyos. En sus dos temporadas previas, LIV Golf, que nació gracias a la inyección de dinero del PIF saudí, nunca había despertado tanto interés. Y Jon Rahm es el culpable de ello. El vizcaíno se presenta como la principal estrella de un circuito que ya contaba con otros jugadores de renombre como Phil Mickelson, Dustin Johnson, Cameron Smith, Brooks Koepka o Sergio García, entre otros. Prueba de ello es que Jon abrirá el torneo de Mayakoba desde el hoyo 1 (todos los jugadores salen a la vez, cada partido en un hoyo) y compartiendo partido con Talor Gooch, campeón individual del curso pasado, y con Cameron Smith, otro golfista que fue un fichaje bomba.

Como superestrella que es, a Rahmbo se le han dado galones desde el primer minuto: es el capitán de su propio equipo, Legion XIII, en el que competirá junto con Tyrrell Hatton, Caleb Surratt y Kieran Vincent. El primero de ellos, inglés y 16º del ranking mundial, es la otra gran referencia del equipo, porque Surratt es un prometedor amateur que se acaba de convertir en profesional y Vincent llega desde el torneo clasificatorio de finales de 2023. No hay que olvidar que una de las particularidades de LIV en comparación con otros circuitos, además de que se juegan tres rondas en vez de cuatro (algo que se estudia cambiar, por cierto), es la competición por equipos: el ganador individual se lleva 4 millones de dólares, pero también hay campeón por equipos, con cada integrante embolsándose 750.000 dólares de una bolsa de premios de 25 millones. Y, para el campeón del curso (hay 12 torneos), 15 ‘kilos’. Casi nada. Para ganar el torneo por combinados, en las dos primeras rondas se cuentan las dos mejores tarjetas de un equipo, y en la última valen las tres mejores.

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“Es una sensación diferente a la que estoy acostumbrado, ya que el golf es un deporte bastante individual. Pensar en algún tipo de gestión es algo inusual para mí”, explicó el de Barrika en rueda de prensa antes de desvelar que le costó más de la cuenta encontrar compañeros. “El proceso fue un poco más difícil de lo que nos hubiera gustado al adquirir a todos los jugadores”, dijo un Rahm que ató el fichaje de Hatton esta misma semana. También se anunció a última hora la llegada de Adrian Meronk, mejor jugador del DP World Tour el año pasado. El vasco, mientras había un tremendo ruido alrededor, intentó hacer oídos sordos a toda la controversia que generó su fichaje, especialmente por las declaraciones que hizo en el pasado prometiendo lealtad al PGA Tour. “Corazón que no ve, corazón que no siente”.

Objetivo ganar

“Las semanas previas al anuncio no fueron las más fáciles. Tuve que sopesar mucho, obtener suficiente información para luego tomar una decisión. Pero una vez se hizo el anuncio, creo que todo se volvió mucho más fácil. Tener que guardar el secreto y no poder hablar con nadie sobre ello fue difícil. Una vez que se hizo público, la reacción fue más o menos la que esperaba. Obviamente hay algunas personas que no estarán de acuerdo con cualquier decisión que tomemos en la vida. Más o menos en línea con lo que esperaba, pero fue bueno tener algo de tiempo antes de mi primer torneo en LIV Golf para procesar y ponerme a trabajar”, explicó Jon, de quien llama la atención que, durante sus entrenamientos en México, Rahm no ha lucido patrocinadores que tenía en el pasado, como Santander o Mercedes-Benz, aunque sí que se mantienen en sus redes sociales. En la línea de la vestimenta, el vasco confirmó que utilizará pantalones cortos, permitidos en el LIV pero no en los circuitos en los que solía jugar. “Pensé que iba a usar pantalones con más frecuencia, y rápidamente me di cuenta de que tan pronto como llegara aquí, usaría pantalones cortos”.

Rahm, que se reencontrará con Mayakoba, donde no pasó el corte hace ya una década, afirmó sentirse en un buen momento a pesar de no competir desde el pasado 19 de noviembre en Dubái. “Me siento bien. Es una de las partes extrañas. En este punto quizás ya habría jugado tres o cuatro eventos, así que me estoy acostumbrando a eso. Estoy muy acostumbrado a tener que trabajar un poquito más durante las Navidades y principios de año para empezar a competir”, afirmó un Jon para el que nada cambia: ya sea en el PGA o en LIV, la meta es ganar. “Cada vez que encaro el tee de salida, mi objetivo es ganar. No importa en qué forma esté mi juego, ese es básicamente el objetivo”. Si gana, eso sí, no sumará puntos en el ranking mundial (LIV sigue a la espera de ser reconocido por OWGR, y mientras tanto Rahm caerá en la tabla) y tampoco será el primer español que lo haga en LIV, pues ese honor siempre lo tendrá Eugenio López-Chacarra (Bangkok 2022). El madrileño comparte equipo, los Fireballs, con Sergio García y David Puig, completando así la representación nacional entre los 54 jugadores (13 equipos de cuatro y dos invitados) en cada torneo. Se apaga el semáforo para el inicio de una nueva dimensión en el golf.