La final de los fieles
Los 30 mejores del curso, sin los ‘fugados’ al LIV, compiten en East Lake con 18 millones de euros reservados para el campeón.
El 2022 es un año que quedará marcado en rojo en los libros de historia golfísticos. Salvando las distancias, será su 1939: ese en el que todo saltó por los aires; ese en el que la largo tiempo subestimada posibilidad de una disrupción en los engranajes clásicos de este deporte cogió cuerpo en forma de LIV.
El desafío del nuevo circuito, regado con los petrodólares del fondo soberano de Arabia Saudí, se materializó en junio con un primer torneo en Londres. Desde entonces se han celebrado otros dos, ambos en suelo estadounidense, la casa del PGA, y el goteo de estrellas ‘fugadas’ al nuevo experimento ha sido incesante. Al primer bombazo, Phil Mickelson, se unieron después, suculentos contratos mediante, grandes campeones como Dustin Johnson, Brooks Koepka, Patrick Reed o Bryson DeChambeau.
Seguramente todos habrían salido este jueves en East Lake, el campo de Atlanta (EE UU) que acoge el Tour Championship, la gran final de los playoffs de la FedEx Cup. El último torneo del curso en el que aún, pese a los embates, sigue siendo el principal circuito del mundo, es un ejemplo más de la guerra económica que han emprendido el statu quo y los ‘insurrectos’. De los 15 millones de dólares para el ganador y 60 en total que repartió el evento en 2021 se ha pasado a 18 y 75 (las cifras en euros al cambio actual son prácticamente iguales). Otro frente de la batalla ha estado en los tribunales, donde Hudson Swafford, Talor Gooch y Matt Jones, tres de los enrolados en el LIV, perdieron recientemente el caso en el que intentaban que se impusieran medidas cautelares contra su expulsión del PGA para poder jugar los playoffs.
Quien sí peleará por El Gordo golfístico será Jon Rahm, el único español que ha llegado hasta la última etapa esta temporada (Cabrera Bello perdió la tarjeta completa la pasada y Sergio García ha apostado por la nueva superliga). En un año de altibajos, Rahmbo llega con las buenas sensaciones que ofreció el fin de semana pasado en el BMW. Su octavo puesto en Delaware le sirvió para escalar hasta el undécimo en la lista de la FedEx. Con el formato de la final, que otorga distintos resultados de salida en función de la clasificación (ver tabla), eso significa que partirá con tres golpes bajo par. Estará a siete del primero, el estadounidense Scottie Scheffler. Hay quien considera el sistema injusto y quien cree que aporta emoción. Lo cierto es que, desde que se implantó en 2019 para acallar las críticas que entonces se vertían sobre el modelo anterior, solo en una ocasión (la primera) ha ganado un jugador distinto al que empezaba en cabeza.
Sea como sea, parece que esta vez la pugna deportiva quedará enturbiada por la extradeportiva. En parte por las novedades que anunció ayer el PGA (detalladas aquí) y en parte por los rumores de que, una vez acabada la cita, el LIV anunciará una nueva tanda de fichajes. Parece segura la marcha de Cameron Smith, ganador este año del British Open y The Players y actual número dos del ranking. Otra ofensiva en una contienda que no tiene final a la vista.