España finaliza un Mundial sin finales y sin mejores marcas
El relevo 4x100 estilos masculino finalizó decimosegundo en la preliminar y la delegación española dice adiós a Budapest con unos resultados pobres.
Con la participación del relevo masculino de 4x100 estilos esta misma mañana en la piscina Duna Arena, en la última jornada de la natación en estos Mundiales de Budapest, España se despide con una de las actuaciones más pobres de su historia en esta competición. Tampoco pudieron Hugo González, Sergio de Celis, Alberto Lozano y Carles Coll mejorar el récord de España y acabaron en decimosegunda posición con una marca de 3:36.10, a diez segundos del corte a la final.
Solamente Hugo González logró clasificarse para unas semifinales. Ocurrió en los 200 espalda, los 200 estilos y los 100 espalda, pero el nadador de la Universidad de Berkeley nadó por debajo de las marcas que había registrado la temporada anterior en el Europeo de Budapest, donde se colgó tres medallas, y en los Juegos Olímpicos de Tokio, cita en la que logró participar en una final olímpica (100 espalda). Jessica Vall, que comentó que no había tenido ayudas y que no había afrontado el Mundial de la mejor manera posible, se quedó a las puertas de nadar por la tarde en los 100 y 200 braza, pero le faltó una marcha más para conseguirlo.
El resto del equipo español no estuvieron en el Mundial de Gwangju, en 2019, por lo que afrontaban su primera gran competición intercontinental. Carles Coll, que fue finalista la temporada anterior en el Europeo y ha realizado grandes marcas en los campeonatos universitarios, se ha quedado lejos de su nivel en las pruebas de braza. Alberto Lozano y Sergio de Celis compiten en pruebas de velocidad de mariposa y estilo libre en las que el nivel de las semifinales es muy caro y requiere que se acerquen a sus mejores marcas personales.
Tampoco le fue bien a España en el fondo, donde siempre encuentra nadadores competitivos. Carlos Garach, Paula Otero y Ángela Martínez, de apenas 17 y 18 años, estuvieron también muy lejos de su nivel óptimo después de reducir el entrenamiento en las últimas semanas por causas diversas, entre la COVID y la selectividad. A un mes y medio del Europeo de Roma, y a dos años de los Juegos de París, por el momento la natación española continúa una caída libre en resultados internacionales. Budapest fue peor que Gwangju.