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ESQUÍ | FREERIDE WORLD TOUR

Abel Moga: “Los trazados marcados me dan pereza”

Los ‘rebeldes’ del freeride, el esquí fuera de pistas, toman Baqueira este domingo, con el World Tour. El aranés de 22 años fue segundo el año pasado en casa y aspira a repetir.

Abel Moga (izda.), junto a Aymar Navarro.
FREERIDE WORLD TOUR

Los espíritus libres del esquí se citan este domingo en Baqueira Beret. En las empinadísimas laderas de la cara noroeste del Baciver se disputará la primera prueba del Freeride World Tour (13:00, TDP). La modalidad de esquí más atrevida, extrema, un descenso fuera de pista en el que se aprovechan los obstáculos naturales para realizar saltos y trucos. Puro show.

El único español este año con plaza fija en el Tour es Abel Moga, de 22 años, aranés de Vielha con el valle y la nieve en las venas porque su familia regenta el Hotel Turrull. El año pasado, en su debut, fue segundo en la prueba de Baqueira. “Se escuchaba a la gente gritar como una jauría de perros, como un estadio de fútbol”, recuerda el estudiante de Ingeniería de Materiales en Barcelona, que quiere orientar luego su trabajo a “cualquier cosa relacionada con este deporte: esquís, telesillas...”.

“Me gusta la adrenalina, disfrutar de la montaña y un trazado marcado con los mismos palos me da pereza. Prefiero ir saltando aquí y allá y dibujar líneas en la montaña”, explica Moga sobre su afición al freeride, al que abrió camino otro aranés, el bombero Aymar Navarro, que llegó al Tour en 2015, logró el primer podio de un español en 2021 y que en Baqueira participará con una wild card, al no haber logrado plaza fija. El año pasado, sufrió una escalofriante caída en el Xtreme Vervier, de esas que se repiten viralizadas una y otra vez a través de las redes, en la que terminó con una doble fractura de hombro y otra en la mano. “Lo vi desde arriba, saltar, rodar golpear contra la roca y bajar como un muñeco”, recuerda Moga que sin embargo aún no se ha roto nada. “No he tenido muchos accidentes, hay que conocer tus límites”, recuerda.

Moga, que también hace descensos en mountain bike y coge la bici de carretera para entrenar, recuerda que del freeride es difícil vivir (“te da para tus viajes”) y confía en que con la entrada del circuito en la estructura de la Federación Internacional de Esquí (FIS) mejoren sus condiciones. “Para entrenar, al final se trata de hacer muchas bajadas, con muchos tipos de nieve y saltar todo lo que puedas”, relata. Expresarse fuera de las pistas por las que se deslizan cientos de esquiadores. Fundirse con la montaña. Con un invierno con poca nieve en el Pirineo, después de ayudar en el hotel en Navidad, viajó a Austria para prepararse. “¡A ver si sale el sol el sábado y puedo hacer unas líneas guapas!”, desea. Los rebeldes de la montaña toman Baqueira. Y él juega en casa.