Recital de Laso para alcanzar su primera txapela profesional
El pelotari de Baiko sacó del partido a un Ezkurdia desesperado y se lleva un Manomanista que ha dominado de cabo a rabo. Termina invicto. Enorme fiesta en el Navarra Arena.
De tanto perseguirla, ha acabado por llevársela a casa. Después de perder el Cuatro y Medio y el Parejas, Laso no podía dejar escapar la txapela del Manomanista, la más preciada. Era el día D y la hora H. En el Navarra Arena, su casa, con todo lleno. y ante un gigante como Ezkurdia, su paisano, infalible en las finales. Con el honor de Baiko una vez más en juego, después de tantos años a la sombra de Aspe. Con tantos ingredientes sobre la mesa, la cita prometía pasar a la historia. En los días previas andaba agobiado, pero el campeón se ha sacado los sudores nada más poner el primer saque en movimiento. En ningún momento se ha acelerado y se le ha visto muy bien de piernas. Se nota el magisterio de Aimar.
El 5-13 fue el más tanto peloteado y acabó con un buruz-gain sobre Ezkurdia. A este le faltaba apuntillar, definir con sus habituales certezas. Laso se dedicaba a pegar y pegar, para acabar cruzando. Un recital absoluto, buscando los ángulos con su velocidad de lagartija. Ezkurdia se bloqueó entre el cuadro 5-6, golpeando de aire muchas veces, Laso no se vendía en ningún tanto, gobernaba el tres con una osadía pasmosa. Su cuenta de resultados crecía y eso le hacía ganar aún más en confianza. El 5-18 llegó de saque. Solo faltaba levantar acta final del duro castigo. Paró en 7-22.
Laso, acompañado en todo momento por su gente, ha estado imperial para hacer realidad su sueño en base a su valentía, calidad y saber estar. "Es una recompensa al trabajo de estos dos años, desde que estuve fuera", se sinceró a la conclusión. Curioso su caso, le despidieron de Baiko, los compañeros se solidarizaron con él al verlo hundido y pusieron en jaque al director general, Garai, y ahora salva el honor de la empresa, que no ganaba una txapela desde Oinatz en 2017.