La ilusión del Cangas no evita la superioridad del Barça
Los barcelonistas se meten en su novena final consecutiva decidiendo el partido gracias a la superioridad de su segunda unidad
El Barça jugará este domingo en Antequera su novena final consecutiva de la Copa del Rey (lleva una racha de ocho triunfos) al imponerse al Cangas gallego 36-28 (17-11) que jugaban la primera semifinal de su historia. Muy animados los cangueses, sin embargo no pudieron amenazar al Barça porque si en la Copa a un partido la sorpresa siempre es posible, en el segundo choque en dos días la posibilidad de aladabonazos se resiente bastante.
El Cangas fue como un buen espumoso, fuerte y con burbujas de salida, aguerrido, bien plantado, con las ganas que ofrece el jugar sin presión y con media grada a favor (la otra media miraba simplemente). Pero cuando el Barça empezó a mover a sus hombres mediada la primera mitad, la resistencia del Cangas se resintió por un simple motivo: mientras el Barça dispone de una segunda unidad, el resto tiene titulares y suplentes, y por más que Moyano combine jugadores para equilibrar a los grupos que tiene en la pista, el desequilibrio es evidente.
Por todas esas circunstancuas se fue al descanso con el partido decidido en un día en que Makuc fue el extremlo izquierdo de emergencia en el Barça (por la lesión de Ariño): 17-11. Y aunque al Cangas se le reconoce su capacidad de resilencia, y de resurgir cuando está más abatido, era imposible por más que sus extremos Dani Fernández y Monteiro fuesen un quebradero de cabeza para el Barça, o David Iglesias se apuntase a la fiesta de los suyos.
La realidad es tozuda: los centímetros, los kilos y la calidad del Barça es muy superior, tanta que la ilusión por arrobas del Cangas no pudo multiplicar su capacidad. Es la diferencia de este equipo azulgrana con el resto, que todos sus jugadores serian titulares en los rivales con quienes compite en España.