Descarrega y Sara Martínez suman un oro y una plata más

El atletismo dio un último empujón a España en el medallero, que cerró la jornada con 18 metales (seis oros, nueve platas y tres bronces). Cuatro de ellos se fraguaron en el Estadio Olímpico. Gerard Descarrega, junto a su guía Guillermo Rojo, revalidó su corona en los 400 metros T12 con un tiempo de 50.42 este domingo, mientras que Sara Martínez conseguía su primera medalla Paralímpica —una plata—, gracias a un salto de 5,38 metros.

Gerard Descarrega (Reus, 5 de mayo de 1994) ha confirmado su hegemonía en los 400 metros T12, con una carrera en la que consiguió distanciarse de todos sus rivales para firmar un tiempo de 50.42, su mejor marca personal de la temporada. Esto le sirve para revalidar, por tanto, su oro de Río 2016 y su dominio, dado que en 2017 y 2018 completó la triple corona ganando el Mundial de Londres y el Europeo de Berlín. "Es una pasada, hemos hecho la carrera perfecta", arrancó Descarrega, mientras su guía Guillermo relató todos los obstáculos sorteados hasta el éxito: "Hemos tenido una operación de Gerard en un pie, un cambio de ciudad (Sevilla), dos cambios de entrenadores en los dos últimos años... Él le ha echado huevos a la vida y no le ha hecho caso a la gente que le decía que tanto cambio no era bueno. Hemos confiado en nosotros y nos ha ido bien". Algo que corroboró el flamante campeón: "Los últimos cinco meses han sido agónicos. Esto lo compensa todo".

El catalán debutó en los Juegos de Londres con sólo 18 años, consiguiendo un cuarto puesto en los 400 metros T12, destinada a atletas con discapacidad visual. Sin embargo, dado el avance de su retinosis pigmentaria, tuvo que empezar a competir en la T11, para ciegos totales, acompañados por un guía. La visión se iba apagando. Consciente de ello coleccionó experiencias como tocar el saxofón o hacer un circuito con una moto que le regalaron sus padres. Esto último se lo recuerda la cicatriz de su antebrazo izquierdo. El deporte fue la luz en la oscuridad y sus ojos, los de sus guías. Marcos Blanquiño le acompañó en Río 2016 y actualmente lo hace Guillermo Rojo, preparador físico de astronautas, que ha trabajado en la Agencia Espacial Europea.

Horas antes, Sara Martínez se hacía con la plata gracias a un salto de 5,38 metros, su primera medalla en Juegos. Un premio a la constancia, puesto que era su quinta participación en una cita paralímpica. Lejos queda aquel debut en Atenas con apenas 14 años. A la atleta, con una opacidad corneal bilateral hereditaria, sólo la superó la ucraniana Oksana Zubkovska, que ha enlazado su cuarto oro consecutivo (Pekín, Londres, Río y ahora Tokio). "Ya me tocaba. Eran muchos años queriéndola. He estado más relajada de lo que pensaba, aunque ayer sábado tuve que hacer trabajo con nuestra psicóloga Manuela por los nervios. Me lo he tomado con bastante calma", explicó.

Sara se adentró en el deporte con la natación, pero se aburría y a los ocho años decidió probar con el atletismo. Hizo caso a su madre. Primero lo intentó con pruebas de fondo y después, con longitud. Tenía ángel. De ahí su precoz participación en los Juegos de Atenas, en los que terminó séptima. Una cita especial en la que coincidió con su hermana mayor María y su primo Daniel Moreno.