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BALONMANO | MUNDIAL FEMENINO

Espíritu de Kumamoto

Noruega no esconde el deseo de revancha de la semifinal de 2019 y las Guerreras, "aunque ven un partido diferente", desean repetir (20:30, TDP).

Granollers
Espíritu de Kumamoto
RFEB

Los días de descanso previos a una semifinal transmiten esa calma tensa que poco a poco lo inunda todo. España no es una excepción porque su 7-0 en el Mundial no es una garantía ante la gran Noruega, que tras derrotar a Rusia no ocultaba que aún les escuece la derrota en el Mundial de Kumamoto (Japón) 2019: "Ahora a por la siguiente revancha", afirmaba Veronika Kristiansen, lateral izquierdo. Ante España se quedaron sin final, y ante Rusia sin el bronce.

Silvia Navarro decía ayer que "la favorita siempre es Noruega", aunque sus compañeras Eli Cesáreo y Alexandrina Cabral le quitasen esa sensación: "Estamos al 50 por ciento". La verdad es que Noruega, que en 1986 ganó su primera medalla (bronce europeo), suma actualmente 29 en 35 años. De ellas 13 son oros (dos en Juegos Olímpicos, tres en Mundiales y ocho europeos) y ha conseguido que el balonmano femenino sea el pasatiempo preferido del país en diciembre. "Estoy encantada de jugar esta semifinal ante España, que en su casa propondrá un partido muy caliente", afirma la central Stine Oftedal.

Nora Mork, la carismática lateral zurda, le restaba un poco de valor a la victoria ante Rusia para rebajar la euforia de su delegación ante el partido de esta tarde (20:30, Teledeporte): "No se puede olvidar que las rusas han cambiado a diez jugadoras de las catorce que disputaron los Juegos Olímpicos de Tokio". Por su parte, Matt Olson, entrenador de porteros de la selección escandinava y durante muchos años en España, alaba a la portera de las Guerreras, Silvia Navarro, destacando las cualidades de la guardameta española: "La pongo de ejemplo en muchas de mis conferencias, ya que aunque no sea muy alta siempre cumple".

En esa línea también se pronuncia Prades, que si tuviese que quitar alguna noruega para el partido de esta tarde dice con buen humor: "¿Podrían ser más? Sólo una jugadora no lo notan; tienen un equipo plagado de estrellas". Pese a eso, el seleccionador de las Guerreras no se siente intimidado: "Es una nueva final para España, de la que queremos disfrutar. El partido empieza igual para los dos equipos, y luego se irá viendo".

"Lo que ocurrió en Japón hace dos años no afecta en nada. Sería un error pensar en el partido del Mundial anterior. Es un duelo diferente y en otras circunstancias", apunta Navarro, algo en lo que coincide el grupo, que apuesta "por la defensa, ser agresivos con el 6-0 y no planos", como sentencia Eli Cesáreo. Y Alexandrina Cabral cierra asegurando la gran baza de España en Granollers: "Una buena defensa y perder los menos balones posibles para que no corran". De la final no se habla. Los sueños, en su momento.