Las Guerreras, a semifinales del Mundial con sobresaliente
Las Guerreras tiraron de fortaleza para remontar un duelo ante Alemania que se puso cuesta arriba en los primeros minutos. Merche Castellanos, clave bajo palos.
Las Guerreras llegaron al partido con ocho minutos de retraso (1-4), pero cuando se despertaron de la siesta, entraron en acción y sus manos dejaron de ser de mantequilla, la resina hizo su trabajo de verdad; pudo remontar para llegar al descanso con 14-10, ganar el encuentro sin sobresaltos y con solvencia (26-21), mandar a Alemania a casa, y meterse en sus cuartas semifinales de un Campeonato del Mundo para demostrar que la plata de hace dos años en Japón no fue un mero toque de flauta imprevisto: el campeón de entonces, Países Bajos, por ejemplo, no está siquiera entre los ocho mejores para defender su títulos en un deporte extremadamente igualado.
En este encuentro de cuartos de final sí se puede decir que ganó el equipo, el bloque, que la aportación de la segunda combinación fue la que insufló la garra y el descaro. Fueron Paula Arcos, Carmen Campos, Maitane Echeverria y Almudena Rodríguez las que le dieron un brío extra necesario al juego de España para acabar con el movimiento insulso del balón del inicio del choque, en el que se fallaba tanto que se podía barruntar un mal desenlace. Los relevos cambiaron los augurios para que las Guerreras tengan ya una nota sobresaliente en este Campeonato al que se llega superando más de un hándicap.
El trabajo de Eli Cesáreo en el 6-0, con Kaba Gassama o con Ainhoa Hernández resultó decisivo, sobre todo cuando Alemania decidió apostar por el ataque con siete, dos pivotes, emparejando a Schultz (1,90 metros) con Maitane (1,69), pero en ese desequilibrio físico no sacaron partido las alemanas porque la vasca se multiplicó como pocas veces y sus compañeras se activaron en las ayudas de izquierda a derecha.
La portería. En los últimos tiempos algunos seleccionadores españoles apuestan abiertamente por alternar a sus porteros. En esa rotación ayer le tocaba salir a Merche Castellanos, que relevaba a Silvia Navarro (jugadora del partido ante Brasil y un icono español en todas las canchas). No fue una decisión temeraria, y sí un acierto porque la manchega aportó paradas importantes y dio solvencia y sosiego a sus compañeras. Por si no fuese suficiente ella, en los minutos en los que Alemania aún creía que la remontada era posible, Silvia atajó dos penaltis seguidos como si tal cosa en una puntilla moral a las rivales.
El encuentro, además, ratifica a Carmen Campos y eleva a Paula Arcos: Carmen por sus goles y dirección, y Paula porque en la segunda mitad acabó en el lateral derecho para aportar tantos cuando parecía que se bajaba el telón al ataque de España. Es uno de los talentos en quien confía la Selección para preparar el relevo de las consagradas, y no se equivocan: se llevó el premio a la jugadora del partido.
Prades optó por la decisión conservadora de que fuesen las veteranas las encargadas de controlar las diferencias y acabar el partido. A fin de cuentas a veces la inexperiencia y la ansiedad puede echar por la borda todo un trabajo coral: la historia nos lo recuerda. Fueron los minutos de Alicia Fernández, Alexandrina Cabral y Carmen Martín, que además le brindó a la muy entendida afición de Granollers un gol de rosca desde su extremo de los que justifican comprar la entrada.
España ya está en 7-0, como Dinamarca, que en el encuentro previo había derrotado a Brasil (30-25) con menos solvencia de la que se intuía. Cuando se está en cuartos ya se sabe que nadie regala su partido.