Empoderamiento entre torres
Desde el lunes se celebra en Sitges el Mundial Femenino por Equipos. "La hostilidad con la mujer cambió poco", denuncia la argentina Claudia Aruma.
En el Hotel Melià de Sitges, junto a la ya poca concurrida playa de Aiguadolç, 60 mujeres representando a 12 países compiten desde el lunes en el Mundial Femenino por Equipos de Ajedrez. En una sala diáfana se retan y desafían el orden establecido en un deporte donde reina la masculinidad. Incluso la famosa serie de televisión Gambito de Dama, de popular éxito, no unifica opiniones. "Refleja la realidad de las mujeres en el ajedrez, pero está inspirada en Bobby Fischer. Podían haber escogido la vida de Judit Polgar (la mejor de la historia)".
La frase es de otra jugadora que rompió moldes, la argentina Claudia Amura, que lo aprendió todo del maestro polaco exiliado en la II Guerra Mundial Miguel Nardof ("Kasparov se levantaba de la silla para dejarle su asiento", cuenta). Amura acude a Sitges como representante del equipo americano, formado por ajedrecistas de Cuba, Canadá, México o Perú. "La hostilidad con el ajedrez femenino no ha cambiado, está en proceso de cambio. La mayoría de los cargos femeninos son adornos, no estamos tomando las decisiones, sino que las aplaudimos. Hay madres que dejaron a sus hijos parta venir aquí y nadie piensa en poner una guardería. Unas dejan de jugar por eso. Se habla de empoderamiento, pero...", se lamenta.
Algunas jugadoras del equipo americano apoyaron económicamente a sus deportistas, otros no. "Ni los premios ni los apoyos son parecidos. La excusa es que las mujeres pueden acudir a los campeonatos masculinos", reflexiona. Amura dirige un programa de ajedrez en San Luis (Argentina), donde el 80% de la población practica este deporte. En la amalgama de nacionalidades destaca Georgia, donde las mujeres ajedrecistas son iconos.
11% de mujeres en España y 1.000 torneos
Hay alrededor de 28.000 licencias en España de las cuales el 11% son para las mujeres. El equipo español perdió en la fase de grupos, el miércoles, pero una de sus jugadoras, la joven (18 años) María Eizaguirre fue invitada a participar en el Gran Suizo (clasificatorio para el Torneo de Candidatas). "La pandemia visibilizó el ajedrez. Hubo movimiento en el ajedrez femenino, hay más torneos, la serie de Gambito de Dama ha ayudado a visibilizarlo más", comentó la oscense que aprendió a jugar gracias a un vecino cuando tenía apenas cinco años.
"Que nos separen hacen que más chicas quieran jugar. Pero puede ser dañino para quizás no esforzarte tanto", reflexiona también Marta García, de la selección, que tendrá el Europeo en noviembre. Mientras tanto, y como recalca el presidente de la Federación Española de Ajedrez, Javier Ochoa de Echagüen, somos la 14ª potencia femenina y organizamos 1.000 torneos.