Nico García hace las Américas
El finalista en 200 espalda en los Juegos de Tokio empezará en enero la Universidad en Virginia (Estados Unidos) y seguirá allí su puesta a punto con Sergi López.
Nico García no es el primero ni seguramente será el último talento español que emigra a Estados Unidos para compaginar gracias a una beca los estudios universitarios y los entrenamientos de natación. Hugo González, en 2017, tomó el mismo camino. Incluso su punto de partida, como será el del nadador madrileño, fue con Sergi López, el español afincado en Virginia que fue medallista en Seúl 1988 y ahora es un prestigioso técnico universitario.
El nadador del Gredos San Diego viajará en enero y permanecerá todo el ciclo olímpico después de su gran actuación en Tokio. A sus 18 años, el espaldista nadó la final de los 200 y en París 2024 se espera que mantenga su progresión y pueda pelear por las medallas. “Soñar es gratis. Nico nos tiene acostumbrados a dar siempre más de lo que se espera”, explica Pedro Simón, su técnico desde hace cuatro años en el club madrileño.
Antes de Tokio, el nadador ya tenía claro que su futuro pasaría por Estados Unidos. “Era su idea. Para ellos es una oportunidad porque aprenden un idioma y reciben una beca. Me parece bien, aunque será difícil que se mejore todo lo que se ha hecho aquí”, explica Simón. En efecto, en el último año el espaldista ha limado su marca cuatro segundos en los 200, lo que le ha hecho pasar de 2:00.31 a 1:56.35, tiempo que le valió la final olímpica.
La elección de la universidad también respalda al madrileño. Sergi López guarda una buena relación con Simón, que seguirá siendo su técnico en las fases de la temporada en las que Nico vuelva a España, y harán al menos una conferencia semanal para seguir sus evoluciones. “No tendría sentido que aquí hagamos un plan y allí otro. Trabajaremos conjuntamente”, detalló. En Nico hay todavía mucha mejora. Un diamante por pulir.
"Le da miedo aguantar bajo el agua la respiración"
Lejos de los cuerpos esculpidos en gimnasio como el del estadounidense Ryan Murphy, con el español se ha hecho un puntilloso trabajo técnico (“tiene una de las mejores brazadas del mundo”) y su progresión dependerá de ese extra de gimnasio y de los subacuáticos: “Le da miedo aguantar bajo el agua la respiración, no confía en el sumergido. En espalda todos intentan apurar hasta los 15 metros. En el caso de Nico solo lo logra los primeros 100 metros. Hay que insistir en eso”, subrayó.