La duda de Lydia
La berciana no tiene claro, a falta de 44 días para los Juegos de Tokio, en que categoría de peso competirá. Tiene plaza segura en 87 kilos. "La decisión la tomaremos en los próximos días".
EI calendario sigue descontando fechas. Ya solo quedan 44 días para que la llama olímpica presida Tokio. A estas alturas, pese a que algunos deportes acaban de cerrar los procesos clasificatorios, pocas dudas hay sobre quién y en qué forma estarán en los Juegos. Una de las que está con incertidumbre es Lydia Valentín (Camponaraya, 36 años). La triple medallista olímpica no sabe si concurrirá en la categoría de 76 kilos, en la que siempre ha estado (la Internacional varió los pesos antes de iniciar el proceso de clasificación para Tokio y en su caso pasó de 75 a 76 kg) o en la de 87 kilos.
"La decisión la tomaremos en los próximos días. De momento me mantengo en un peso intermedio y a la espera. Creo que mi peso más cómodo serían los 76 kilos, pero tenemos que valorar qué rivales habría en él y en la categoría superior, en la que también estaría cómoda. Elegiremos lo que más me convenga", confirma la berciana en AS.
Las dudas de Lydia llegan tras la enésima polémica de la Federación Internacional (IWF), que decidió cambiar junto con el COI el proceso de clasificación a falta de un mes para que concluyese. Esa variación y la ausencia de Valentín, por enfermedad (sufrió un cuadro grave de gastroenteritis antes de viajar), en el Europeo la pusieron en jaque. En el ranking de los 76 kilos no está clasificada de inicio, pero por delante hay países sancionados que no podrán competir en Tokio o que solo podrán llevar dos hombres y dos mujeres. Por tanto, las cuentas quizá le saldrían (también clasifican los mejores de cada continente y hay una invitación por categoría). Ante la duda, y aprovechando una parte de las modificaciones que le beneficiaba, la española viajó al Iberoamericano de Cali (Colombia) para solo pesarse en 87 kilos y así obtener billete directo a sus cuartos Juegos. En esa división, con su coeficiente, sí se ranqueó entre las ocho mejores (es cuarta).
La historia, como casi todas las que rodean a la IWF en los últimos años, es rocambolesca. Una vez que ya ha pasado, Lydia se resigna. "No lo esperábamos para nada. Al final la Internacional hace un poco lo que quiere, pero solo te queda acatar el cambio".
Ya con la vista en Tokio, la berciana también quiso zanjar el revuelo generado por su candidatura a ser abanaderada: "Me hubiese encantado serlo, pero no ha sido así. Se ha elegido a dos grandísimos deportistas como Saúl Craviotto y Mireia Belmonte y estoy muy contenta por ellos".