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BOXEO

Vergil Ortiz saca matrícula ante Hooker y pide a Crawford

Vergil Ortiz noqueó en el séptimo asalto a Maurice Hooker. El prospecto estadounidense dio una exhibición ante el excampeón mundial y reclama un título.

Vergil Ortiz celebra su victoria ante Maurice Hooker.

Era el día y Vergil Ortiz no defraudó. El prospecto estadounidense, de 22 años, estaba ante el examen que le podía reivindicar ante el mundo. Después de una carrera bien llevada, noqueando a sus 16 rivales anteriores le llegaba el turno ante Maurice Hooker. El excampeón del mundo era una piedra de toque para sacar el momento de maduración que tiene. Puede dar el siguiente paso. El examen lo pasó con matrícula. Destrozó a Hooker, lo noqueó en el séptimo asalto (se llevó el WBO Internacional del welter) y después armó el show. Es un chico de su época. Terence Crawford, campeón WBO del welter, y Errol Spence, monarca WBC e IBF, estaban presentes en Dallas. Ganó y pidió. Era lo que tenía que hacer. "Te estoy mirando, Bud. Quiero la pelea con Terence Crawford", espetó mientras el de Nebraska se acercaba al ring haciendo ademán de subir.

Ortiz solo entiende el boxeo de una manera: sacando ritmo y camino hacia delante. Hooker está cómodo boxeando hacia atrás e imponiendo distancia. Cuando se quiso dar cuenta estaba intercambiando golpes de inicio. Vergil apretó y no aflojó. Los seis primeros minutos de combates fueron tremendos. El prospecto conectó muchísimos golpes, a todas las alturas, y Hooker demostró aguante. En el tercer round, el excampeón mundial del superligero pudo meter algo más de distancia y le conectó, eso le hizo mejorar, aunque el round fue para Vergil. El prospecto pegaba muy duro y cuando ambos se plantaban la diferencia era clara.

No cesaba Ortiz. Ponía su guardia alta, caminaba decidido y clavaba sus manos. Hooker contragolpeaba con criterio, pero Vergil tiene talento y físico. El ritmo que impuso fue altísimo. Mucho trabajo y todo muy potente. Pese a ello, Hooker no fue a regalar la pelea. En el cuarto asalto cazó una derecha a la contra que hizo daño a Ortiz. Le pudo el ímpetu, porque cuando quería se quitaba manos con la cintura de manera brillante. El castigo de Vergil iba sumando en el cuerpo de su oponente, quien en el quinto lo empezó a pasar mal por el trabajo que hizo al cuerpo. El prospecto impresionó: conectó el 36% de sus golpes y el 43% de los de poder que intentó. Una barbaridad. Vergil no busca el KO, pero había roto a su oponente y era obvio lo que iba a pasar. Al final del sexto asalto, Ortiz conectó una izquierda abajo y la remató con una serie arriba. Se levantó su contrincante... pero estaba muy tocado. En el séptimo, con una buena derecha arriba (tras partirle abajo de nuevo desde que arrancó el round), se dio la vuelta, puso la rodilla en el piso y ya no se levantó (se quejó de una lesión en la mano derecha al terminar). Un rodillo llamado Vergil Ortiz le había pasado por encima.

Seniesa Estrada acaba con el reinado de Anabel Ortiz

La noche fue de prospectos, ya que en el duelo coestelar de la noche otra promesa brilló. Fue Seniesa Estrada, quien se proclamó campeona mundial WBA del peso mínimo al derrotar a Anabel Ortiz, que llevaba con ese cinturón desde el año 2013. La pelea solo tuvo un lado. La estadounidense ganó con claridad y envió a la lona a la mexicana en el segundo asalto. Trabajó con el jab, fue agresiva y siempre pegó duro. Solo la dureza de la 'Avispa' provocó que el duelo llegase a las cartulinas, donde arrasó la nueva campeona: 99-90, 100-89 y 100-89.