Estrada es el rey del supermosca tras derrotar a Chocolatito
Juan Francisco 'Gallo' Estrada derrotó por decisión dividida a Román 'Chocolatito' González para unificar los Mundiales WBC y WBA del peso supermosca.
Juan Francisco 'Gallo' Estrada y Román 'Chocolatito' González murieron en la raya. Hasta el último tañido de campana intercambiaron golpes sin cesar. Había prometido una guerra y la dieron. El público que estuvo presente en el American Airlines de Dallas no paró de gritar y animar en ningún momento. Era imposible. La intensidad que ofrecieron fue tremenda. La única pena de la noche fue que uno de los dos se iba a quedar sin su cinturón. El nicaragüense se marchó de vacío, lo que dejó también controversia. Chocolatito fue más preciso, pero dos jueces premiaron el ímpetu del mexicano, que se impuso por por decisión dividida (115-113, 111-117 y 113-115) para proclamarse campeón unificado WBC y WBA del supermosca. La puntuación del segundo juez acrecentó la polémica en las redes y en el estadio, donde se llegaron a escuchar abucheos cuando el Gallo habló. El pleito pudo caer para cualquier lado y la polémica estaba implícita en cualquier resultado, pero de nuevo la nota discordante con un juez agitó el avispero.
El primer asalto fue el que menos tuvo. Estrada tomó la iniciativa y González le estudió. Desde ahí la pelea cambió. Chocolatito dio un paso al frente y nunca retrocedió. Le podía llegar manos, que le impactaron, pero siempre iba hacia delante. El Gallo, por su parte, estuvo boxeando para atrás gran parte de la pelea, lo que no le impidió cruzar golpes en cuanto tenían ocasión. Sin duda alguna la pelea fue cerrada. Muy compleja de puntuar, pero las sensaciones parecían que daban la victoria a Chocolatito, también la estadística: el nicaragüense conectó de 391 golpes de 1.317 que lanzó. Mientras, el de Sonora impactó 314 de 1.212 intentos. "Cuando él me lanzaba uno o dos golpes yo le respondía con tres o cuatro", admitió el mexicano tras el combate. El plan le funcionó.
Las dudas sobre el resultado final eran claras en todos los estamentos, por ello se hace mas incompresible el 111-117. De hecho, tras el décimo asalto en la esquina del Gallo le pidieron más, ya que sabían que podía ser la clave el rus final... como así fue. El ritmo fue reseñable, pero también el aguante. Chocolatito sufrió mediada la pelea, cuando mejor lució el Gallo, y el mexicano tuvo que aguantar en el round final. González era más lento, pero también más contundente. Al acabar el campeón fue claro: "Es un gran campeón y se merece una tercera pelea. Ahora Sor Rungvisai (que logró su billete este viernes en Tailandia) es el mandatorio y es el que seguirá, pero después Román se lo merece", espetó. El nicaragüense fue mas tímido ante el micro, de inicio. "Pasó lo que tenía que pasar", aunque acabó diciendo que "para él ganó las dos peleas". Estrada tardó 8 años y cuatro meses en vengarse de Chocolatito, pero lo hizo. Ahora Román no puede esperar tanto. Ni él ni nadie. Peleón controvertido. La trilogía es la única salida.
McCaskill apuntilla el fin de una época
Cecilia Braekhus se presentaba en Dallas con la intención de redimirse. Jessica McCaskill le había arrebatado el invicto y todos los cinturones del welter en agosto y buscaba vengarse. No lo consiguió y la noruega se quedó más lejos que en Tulsa. A sus 39 años una segunda derrota consecutiva podía hacer pensar en un adiós, pero ella fue clara: "Me siento bien y quiero seguir", apuntó. Lo avisó en AS antes de la pelea y no cambió de plan. Le tocará rehacer el camino, porque este sábado McCaskill no dejó duda. Ganó por decisión unánime: 100-90, 99-91 y 98-91. Su triunfo fue amplio, pero quizá las cartulinas fueron demasiado abultadas.
McCaskill salió decida a por Braekhus, a la que de nuevo volvió a ahogar. La noruega no era capaz de quitarse la presión y esta vez fue dañada. La derecha volada de la campeona le hizo daño y en el segundo y tercer asalto estuvo tocada. Lo pasó mal. Además, cuando McCaskill le acortaba la distancia concedía huecos. Una vez que se medió la pelea, la monarca empezó a bajar y eso lo aprovecho la retadora para poner algo más. Se igualó la contienda, pero seguía llevándose golpes que no hacía presagiar una mano milagrosa. Además, Braekhus perdió un punto en el séptimo tras un agarrón. El árbitro la castigó por reiteración... demasiado riguroso. La 'Primera Dama' no lució bien. De nuevo McCaskill fue su krypyonita. Con ritmo y una pelea trabada apuntilló el final de una época... o no. Braekhus tiene la última palabra.