Rahm afina para Augusta

Si hubiera que plasmar gráficamente el inicio de temporada de Jon Rahm, sería con una curva ascendente. El vizcaíno terminó segundo el domingo en su tercera salida del curso, el Zozo Championship. Una cita que se venía disputando en Japón y que el PGA Tour decidió trasladar este año al Sherwood Country Club de California, en Estados Unidos, donde residen la mayoría de sus miembros, como medida de prevención anticoronavirus.

En los dos torneos que jugó anteriormente, el US Open de septiembre y la CJ Cup de hace dos semanas, con un parón para recargar pilas entre medias, Rahm terminó 23º y 17º, respectivamente. Esta vez estuvo en la pomada de principio a fin y solo algún error puntual y el vueltón final del estadounidense Patrick Cantlay (-7 para ganar con -23) pudieron apartarle de un triunfo que llegó a acariciar y de recuperar el número uno del ranking.

Rahmbo afina poco a poco para el Masters de Augusta, última gran cita del año natural y segundo de los seis majors que se jugarán esta temporada. Y es que a los cuatro habituales hay que sumarles un US Open extra y una segunda ración de Masters, ambos pospuestos por la pandemia y reubicados en el nuevo calendario, que además tiene Juegos Olímpicos en verano y Ryder Cup en otoño, si el virus no lo evita. Doce meses de locura y placer para el aficionado que pueden ser los del estallido final del León de Barrika, los de su asalto definitivo a los grandes cotos de caza golfísticos.

"Nadie está contento cuando no gana. Es algo que duele y molesta", aseguró contrariado tras completar la ronda final en California. Pero ya tiene parte de su cabeza, mucho más madura que cuando debutó en el circuito allá por 2015, en Georgia. Y le gusta la evolución de cara al major que mejor se le da (tiene dos top-10 en tres apariciones, incluído un cuarto puesto en 2018) y también el que mejor encaja con su juego: "Tuve mala suerte, pero me llevo muchas cosas positivas. Moví muy bien la bola y eso es bueno para Augusta".