Un día de nueva normalidad en las carreras de turf de Madrid
El Hipódromo de Madrid vivió el primer evento con público en España con respeto a las medidas de seguridad y distanciamiento social por el COVID-19.
El turf fue el primer deporte que volvió a la actividad en España, el 3 de junio en San Sebastián, y este domingo se convirtió también en el primero en acoger espectadores desde que la pandemia del coronavirus impidió la celebración de cualquier evento tanto público como privado a mediados de marzo. El madrileño Hipódromo de La Zarzuela, que había acogido carreras las dos anteriores semanas a puerta cerrada, las abrió a un número restringido de aficionados que vivieron una jornada extraña, pero que fue un éxito a nivel organizativo.
La instalación de la Avenida Padre Huidobro, en la A6, estaba preparada para albergar un 60% del habitual aforo de 17.000 personas, porcentaje estipulado en el protocolo sanitario, pero por precaución sólo se permitió la entrada a 2.500 en este primer día de carreras con audiencia. Era obligatorio el uso de mascarillas (no se podía acceder al recinto sin ellas) y fue respetado por la inmensa mayoría de los que acudieron, incluidos periodistas, propietarios, que volvían a La Zarzuela, preparadores, mozos y jockeys, que eran los únicos autorizados a no vestirlas durante las pruebas. Todo el hipódromo fue debidamente señalizado para establecer un tránsito y una colocación en las gradas que aseguraran el distanciamiento social. No se podía apostar de forma presencial, solo online, vía móvil y con la adquisición de vouchers, bonos de apuestas. Una circunstancia inédita.
Las barras de los bares y los servicios fueron controlados, hubo geles desinfectantes por todas partes y un equipo de limpieza mantuvo impolutas las dependencias. Por megafonía recordaron constantemente las medidas de seguridad. El comportamiento de los aficionados, con contadas excepciones, fue intachable. En lo deportivo, la carrera principal, la quinta, la ganó Céfiro, de la cuadra La Toledana, con la monta de José Luis Martínez y preparación de Juan Luis Maroto. Volvieron las entregas de trofeos, momento emotivo para el entrenador, que se había perdido las dos primeras jornadas al estar hospitalizado por un problema cardiaco. La guinda de un día soleado y feliz.