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BALONMANO

La excepción de Irene Vilaboa

La viguesa dirigirá la próxima temporada al histórico Teucro en División de Plata. "La noticia es por qué hay tan pocas entrenadoras en la élite".

Irene Vilaboa (izquierda), en su etapa de entrenadora del Bueu, donde también coincidió con su hermana gemela Rosa (derecha) en la dirección técnica.

La próxima temporada Irene Vilaboa debutará al frente del Teucro de Pontevedra en la División de Plata del balonmano español. Será la primera mujer con mando en plaza en un equipo de tan alto nivel en categoría masculina y, si bien en el baloncesto por ejemplo Carme Lluveras y Anna Montañana han trabajado en la ACB, siempre ha sido en posiciones de ayudantes.

Irene es la primera y contará con su hermana Rosa "como colaboradora", porque ambas, gemelas, llevan toda la vida juntas en el deporte, y sólo en la última temporada rompieron momentáneamente esa unión de cuna. Rosa ejerció de ayudante en el Teucro, e Irene como directora técnica del Balonmano Xallas de A Coruña.

"No sé por qué se levanta tanto revuelo con mi fichaje por el Teucro. Yo no soy la noticia, porque llevo toda la vida siendo entrenadora. La noticia es por qué hay tan pocas entrenadoras en equipos profesionales", razona la viguesa, que recuerda que también fue la que abrió los banquillos del balonmano a mujeres en la División Nacional con el Bueu, un equipo gallego en el que ha estado nueve temporadas.

Vilaboa tuvo ofertas para alcanzar un equipo profesional antes. "Pero en el Bueu estaba contenta; era el club que me gustaba, con poco presupuesto, en el que tienes que reinventarte cada jornada y sacar muchos conejos de la chistera trabajando con la cantera. Es lo que siempre me ha motivado", explica sobre su manera de proceder, ella que fue portera (su hermana jugó de extremo) y desde el primer momento tuvo claro que el banquillo era su motivación para el futuro.

Vilaboa se dirige al banquillo.
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Vilaboa se dirige al banquillo.

No tiene referentes porque recuerda que en Galicia "hay muchos y muy buenos entrenadores, y de todos se pueden sacar ideas interesantes". Aunque para una tarde de televisión reconoce que "elegiría cualquier partido de la Champions femenina en el que hubiese equipos de Ambros Martín, antes el Gyor húngaro y ahora en el Rostov ruso, por lo mucho que se puede aprender". El técnico canario es su preferido.

La nueva jefa del Teucro vive en Vigo, donde nunca ha entrenado a equipos de nivel, y aunque siempre ha dirigido clubes gallegos no le importan las distancias ni tener que salir de casa: "La temporada anterior me pasaba tres horas diarias en el coche, y lo llevaba bien porque soy organizada, y me ponía cursos de portugués o conferencias y así rentabilizaba ese tiempo".

Vilaboa huye del estigma de entrenador femenino o masculino, "porque es el mismo balonmano". "No hay diferencias. Se dice que uno es más táctico y otro más técnico, y luego te das cuentas que técnica y táctica hay en ambas categorías", acota, y también sabe por experiencia que la manera de llevar los vestuarios (estuvo en el Guardés y en el Porriño femeninos) "no difiere en exceso".

Que tenga al Teucro en sus manos, junto al Cangas los equipos históricos de Galicia, tampoco le impresiona, y para su primera temporada "más que pensar en el ascenso a la Asobal se trata de generar un estilo propio y asentar al equipo". Porque esta última campaña ha planeado por situaciones límites cerca del descenso. "Para la próxima, con los problemas económicos de todos los equipos habrá que mirar a la cantera", avisa. Un trabajo que le gusta y del que presume porque "siempre saqué jugadores", dice esperando que en un futuro que una mujer dirija a hombres no sea noticia.