Muratovic: "A mis 40 años sigo con la ilusión de un juvenil"
El montenegriño renueva en el Cangas "porque el club y el entrenador han dicho que puedo aún ayudar al equipo", dice el lateral.
Hoy se ha hecho oficial la renovación de Alen Muratovic (1,98 metros) por el Cangas, lo que ya se esperaba aunque el montenegrino, que en octubre cumple 41 años, mantenía como todos los años una ligera incertidumbre. Durante los últimos meses, cuentan en el equipo, no paraba de preguntar a sus compañeros, a los técnicos, si aún era útil.
-Parece ser que están de acuerdo, que aún le sirve al equipo.
-Para mí es un orgullo, que a punto de cumplir los 41, y tras casi tres años retirado por una lesión, en el Cangas me mantenga en la élite una temporada más. Soy un viejo, pero con la ilusión de un juvenil. Ya sé que no voy a jugar 50 minutos por partido, que sólo estoy para 10 o 20 minutos, para dar relevos, descansos, y también para aportar experiencia, que es muy importante en los equipos.
-O sea, que de momento no se aburre con el balonmano.
-No puedo mantener el ritmo de los jóvenes durante un entrenamiento, pero valgo para otras cosas. Ese es mí orgullo, que me renuevan porque todos están de acuerdo en que soy útil para el equipo, que no me regalan nada, Va a ser la décima temporada en el Cangas, y siempre en la Asobal, más tres en el Valladolid. Es decir, la temporada próxima voy a llegar a los 1,500 goles, y más de 350 partidos, y posiblemente sea el jugador más veterano de la Liga, al margen de los porteros, que ellos sí pueden estar más tiempo en la élite,
-Eso para un repescado del retiro sí que es una hazaña.
-Tuve la desgracia de lesionarme en Alemania, en el hombro, que me mando al retiro con sólo medio año en la Bundesliga. Regresé a Cangas, pasó el tiempo, me ofrecieron entrenarme con el equipo, y otra vez a jugar. Nunca he vuelto a tener el mismo lanzamiento, porque por la lesión ya es imposible, pero no he vuelto a tener lesiones, y con la constitución que tengo tampoco cojo peso. Soy un flaco y esa es una suerte para un viejo como yo.
-¿Y no ha esperado otras ofertas?
-Soy uno más de Cangas. Aquí no juego como un profesional, sino como chaval que se divierte con los partidos. Soy amigo de todos, tomo café con el presidente, desayuno con los compañeros, y si se tercia, con los aficionados, que me respetan y que saben que en cada partido doy cuanto tengo. A mi edad, esas cosas no tienen precio. Por eso sigo jugando al balonmano,