La desescalada de Freixa
El español, entrenador del Amsterdam de hockey, explica el "confinamiento inteligente" de Holanda que finalizará el 11 de mayo. Un anticipo de lo que le viene a España.
Su abuelo fue el fundador del Atlètic Terrassa y sus tíos compitieron en varios Juegos Olímpicos. Por lo que la vida de Santi Freixa estaba predestinada al stick. Ya retirado, después de una exitosa carrera culminada con una plata en Pekín 2008, uno de los históricos del hockey español es testigo ahora desde Amsterdam de cómo el país neerlandés está afrontando el confinamiento por el COVID-19. “Aquí se apela a la responsabilidad individual”, resume.
“El primer ministro propuso un confinamiento inteligente. Así lo llamó. Puedes salir a hacer deporte individualmente, puedes ir a la oficina si trabajas solo… Tienes unas ciertas libertades y eso te ayuda a romper con la rutina de estar en casa. Parte de mi familia, que vive en España, ha tenido más restricciones”, comenta. Con tres niños pequeños en casa, Freixa reconoce que debe hacer virguerías para teletrabajar y cuidar de sus hijos, aunque advierte de que la normalidad está cerca de regresar.
“El gobierno diferencia los eventos del deporte. Lo que se ha cancelado hasta septiembre es lo primero, porque provoca que la gente deba viajar o haya aglomeraciones. Pero a partir del 11 de mayo los niños de hasta 14 años sí pueden entrenar, pero no competir”, sintetiza Freixa. “Se ha determinado así porque la ciencia dice que la incidencia del virus en los niños es menor, así como su capacidad de contagiar. También vuelve el colegio, aunque al principio con menos gente en las aulas”, explica. “Incluso, los clubes deportivos deben ceder las instalaciones a los niños aunque no sean socios”.
Es curioso que al frente del deporte holandés se haya Mauritz Hendriks, quien fuera el entrenador de la Selección de hockey que logró la plata olímpica en 2008, al margen del bronce mundial y el oro europeo: “Es una figura importante en Holanda. Gestiona los protocolos de entrenamiento”.
Después de su periodo de ayudante de la selección holandesa femenina y de entrenador del Kampong (otro club holandés), desde el pasado verano se hizo cargo del que fue su club durante sus últimos años de jugador. Allí es un emblema. En año olímpico, le ve buenas perspectivas a las selecciones españolas: “La masculina está más consolidada, aunque había muchos jugadores que querían poner punto final a su carrera este verano y lo van a tener que alargar más. El formato de competición también es propicio para España”.