La curiosa historia de la peor vuelta del golf: ¡51 sobre par!
Se cumplen 46 años del Tallahassee Open de 1974, en el que Mike Reasor acumuló en los dos días finales unas tarjetas de +51 y +42 por una extraña razón.
Uno de los episodios más llamativos de la historia del golf cumple 46 años estos días, concretamente el 27 y 28 de abril. Ocurrió en el último fin de semana de este mes de 1974, en el Tallahassee Open que se disputaba en el Killearn Country Club de la capital de Florida. Mike Reasor completó la considerada peor vuelta de la historia del PGA Tour y del golf profesional al entregar una tarjeta de... ¡123 golpes, 51 sobre el par del campo! Lo más curioso del asunto es que el jugador había pasado el corte en las dos primeras jornadas cumpliendo el par del campo, pero en las dos últimas, este golfista norteamericano de Seattle, fallecido en 2002, acabó el sábado con 123 impactos (+51) y el domingo con 114 (+42). Una actuación que, lógicamente, tiene una explicación.
Todo se fundamenta en lo que ocurrió entre la segunda y la tercera jornada de aquel torneo, una vez que Reasor, tras pasar el corte, decidió aquella mañana de sábado dar un paseo con un amigo a caballo. La mala fortuna se cebó con él ya que, durante el trayecto, el animal se asustó y tiró a Reasor al suelo. El golpe debió ser terrible por el parte de lesiones: fracturas en las costillas, daños en los ligamentos de la rodilla y luxación del hombro izquierdo.
El problema para Reasor es que el reglamento del PGA de entonces tenía unas normas que dictaban que para conseguir plaza en el siguiente torneo (el Byron Nelson Classic de Dallas), se exigía no sólo pasar el corte del anterior, sino que se debía completar las cuatro jornadas. Para un jugador como Reasor, sin victorias en su carrera (sí consiguió hacer diez top-10 en su historial), era necesario poder disputar el mayor número de torneos posible. Reasor, a pesar de sus lesiones (una baja por enfermedad no le valía para lograr plaza), decidió seguir en competición.
Pero claro, en su estado, lo único que podía hacer era golpear a la bola con un solo brazo, el derecho, mientras que el izquierdo lo mantenía inmovilizado y pegado al cuerpo, como cuentan las crónicas de la época. Decidió disputar la mayor parte del recorrido con un hierro 5, del tee al green. Algunas fuentes indican, y el propio Reasor lo afirmaba en entrevistas posteriores, que se formó tal expectación que su partido congregó más público que el del finalmente ganador, Allen Miller, quien le aventajó en 107 golpes. Reasor acabó con 381 golpes, 93 sobre el par.
Lo peor es que fue incapaz de presentarse al Byron Nelson de la semana siguiente por sus dolencias, pero sí se recuperó con el tiempo y continuó en el circuito hasta 1979, acumulando alguna buena actuación. Tras su retirada, siguió vinculado al golf y llegó a ser caddie de Arnold Palmer. En 2002, tras disputar un torneo sénior, falleció de un ataque al corazón. Su nombre se recordará siempre por aquella actuación llena de coraje que pasó a la historia de este deporte.