¿Por qué Duplantis es tan bueno?
El sueco tiene el récord mundial de pértiga con 6,18. Expertos en la materia analizan a este fenómeno de 20 años, que hoy compite en Clermont.
La pértiga es un problema de física: cuanto más rápido entras, más fuerte te empuja hacia arriba. Si llegas al cajetín a más de diez metros por segundo, sales disparado como un cohete. Y el que mejor realiza eso en el mundo es Armand Mondo Duplantis, un chaval de 20 años nacido en Lafayette (Estados Unidos) y con pasaporte sueco que rompió el récord mundial en Torun, con 6,17, y una semana después se superó a sí mismo en Glasgow: 6,18. Hoy cierra su invierno en Clermont-Ferrand (15:00 horas).
¿Y por qué es tan bueno Duplantis? Se ha juntado todo. Se trata de un chico que no tiene miedo, que desde los tres años saltaba junto a su padre, Greg, que era un pertiguista de prestigio, y su madre, Helena, era heptatleta. Él es un obsesivo compulsivo, que vive, come y duerme por su deporte", analiza Javier García Chico, medallista de bronce en Barcelona 1992 y autor del mencionado problema de física: "Haz lo que quieras, pero si entras rápido vuelas".
Duplantis ha roto esquemas y destruye con su marca el viejo planteamiento de la escuela rusa, que establecía que se debía batir a 4,5 metros del cajetín. "Mete un pie y medio más y se mueve en cuatro metros o así. Lo hace al revés que los rusos, que Bubka, pero no han querido cambiarle. Si le hubiesen obligado a seguir una ortodoxia habría saltado menos. Tuvo esa suerte", sigue García Chico, que alaba la escuela estadounidense: "Allí dejan que los chavales saquen naturalmente su estilo. Y Duplantis salta diferente, pero mucho más que cualquiera".
"Ha creado una escuela propia, y de manera intuitiva: baja la rodilla derecha más de lo normal, bate más cerca", dice Adrián Vallés, saltador de 5,70 y que coincidió en la pista con Mondo dos veces: "Tiene mucho feeling con la pértiga, le saca el 100% de la energía. Y al ser tan veloz genera muchísimo impulso cinético". Así dobla la garrocha.
Duplantis corrió con 17 años en 10.51 los 100 (+2.1 de viento), y saltó 7,15 en longitud. Se le cataloga como el más rápido de los pertiguistas del circuito (Lavillenie, el anterior plusmarquista –con 6,16–, tenía 11.04). "Cuando completó esos registros no había tocado las pesas. Ahora haría 10.30, fijo", explica Vallés, que ha visto un cambio físico en Mondo: "En 2019 ya ganó unos tres o cuatro kilos de músculo, y este invierno ha cogido bastantes más".
De todas formas, "los cánones del pertiguista han cambiado". "Se tiende a biotipos más finos, como Kendricks, Lavillenie y Duplantis", asegura Vallés. "El que vale, vale. Hay mazacotes que parecen Terminator y luego atletas así, que te los cruzas por la calle y no destacan", relata García Chico. Duplantis mide 1,82, es algo desgarbado y tiene cara de parecer más joven que sus 20 años. Desde los siete reventaba récords de categorías inferiores.
Su precocidad es otro de los aspectos que conduce a pensar en un deportista de época. "Es muy difícil ponerle un límite. Puede que no vuelva a mejorar o que salte 6,30. Lo normal sería que llegue al apogeo a los 26. Le sobra margen", cuenta el medallista olímpico, que observa algo a su favor ahora: "Tiene cero miedo, en el momento en que tenga un 5% se podría ver limitado".
¿Es mejor que Bubka? "Sergey era elegante, pero Armand es más efectivo", rebate García Chico. "Va tan sobrado en 6,00... Está para 6,20 ya", apuesta Vallés sobre Duplantis. Hoy llega a Clermont, la casa de Lavillenie, su precursor: "La puede liar". Nace el fenómeno Duplantis.