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DOPAJE

Desarticulada una de las mayores redes de tráfico de EPO

En la operación Hipoxianet, con registros en Cádiz y Barcelona, se han detenido o investigado a seis personas y se han intervenido más de 850 jeringuillas con esta sustancia.

Imagen de archivo de varias ampollas de EPO.
LEONHARD FOEGERREUTERS

La Guardia Civil ha desmantelado una de las redes más importantes de tráfico ilegal de eritropoyetina (EPO), una hormona empleada como sustancia dopante y que el grupo obtenía en una clínica de diálisis de Cádiz para después venderla a deportistas nacionales e internacionales a través de al menos siete páginas web.

Según informa la Dirección General de la Guardia Civil, la operación Hipoxianet desarrollada por agentes de la Sección de Salud Pública y Dopaje de la Unidad Central Operativa (UCO) del cuerpo, se ha desarrollado en las provincias de Cádiz y Barcelona.

En la operación han sido intervenidas más de 850 inyectables, lo que supone la mayor incautación realizada en Europa de este tipo de EPO y han sido detenidas o investigadas seis personas vinculadas a la organización delictiva desarticulada que llevaba actuando desde los últimos diez años.

La investigación se inició gracias a una información que la Guardia Civil recibió de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) en la que le alertaban de que varios deportistas compraban EPO en internet.

Los agentes identificaron al menos siete páginas web que ofertaban distintos productos esteroides anabólicos sin ningún tipo de control sanitario, como es el caso del www.epobest.com, intervenido judicialmente al igual que el resto de páginas, cuyos dominios se encontraban alojados en servidores de países como Islandia o paraísos fiscales como New Jersey, cuya legislación es más permisiva.

Todas las web estaban dirigidas a clientes de ámbito nacional e internacional, en múltiples idiomas y divisas, en las que se ofrecían diversos tipos de medicamentos como hormonas y esteroides, aunque algunas de estas páginas estaban dedicadas exclusivamente a la venta de EPO, enviada desde España.

Los usuarios realizaban los pedidos seleccionando las sustancias en sus distintas presentaciones. Para facilitar la comunicación entre comprador y vendedor, se utilizaban redes de mensajería instantánea encriptada a través de un número de teléfono austriaco, que era operado desde España.

La organización criminal facilitaba entonces varias vías para realizar los pagos, a través de empresas de envío de dinero, transferencias bancarias a cuentas corrientes internacionales, o mediante criptomonedas para facilitar su anonimato.

Hasta aquí la red era operada por varios ciudadanos de nacionalidad Serbia, uno de ellos afincado en Barcelona, si bien para la obtención del EPO, la organización se servía de otra célula formada por ciudadanos españoles que extraían los medicamentos del circuito legal español, a través de una clínica de diálisis en Cádiz.

La obtenía uno de los detenidos aprovechándose de su condición como responsable de una clínica, pues falseaba los datos de los pedidos con el objetivo de quedarse con el excedente.

Una vez que el medicamento era sustraído de dicha clínica, se acumulaban en un almacén hasta que, finalmente, eran enviados a los compradores. En dicho local es en el que han sido aprehendidas las más de 850 jeringuillas de EPO precargadas (entre otros medicamentos), sin las debidas condiciones de conservación ni de temperatura.

En sus envíos, el EPO era acompañado de placas de frío cuya inercia térmica resultaba insuficiente hasta su llegada a destino, pero que daba una falsa apariencia de seguridad farmacéutica al negocio.

Dependiendo del destino nacional o internacional, la organización procedía al envío de las sustancias dopantes utilizando diversas empresas de mensajería.

Las funciones de los investigados estaban definidas dependiendo del país de origen de los pedidos, remitiendo los mismos desde Cádiz o desde Barcelona en cada caso. Los componentes del grupo criminal se realizaban en mano y en efectivo para dificultar la trazabilidad de los fondos relacionados.

Los investigadores están ahora analizando la información obtenida tanto de ordenadores como de cuentas corrientes radicadas en Austria, Eslovaquia y Chipre. Se espera que de este estudio se obtenga un amplio listado de posibles consumidores finales, entre los que se prevé que haya una gran cantidad de deportistas tanto nacionales como internacionales de diferentes distintas disciplinas deportivas.

Hasta el momento se han bloqueado más de 800.000 euros en distintas cuentas bancarias y bienes muebles e inmuebles, localizándose más de 70.000 euros en efectivo en los registros efectuados.