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BOXEO

Rosario da la campanada: KO a Williams y es campeón mundial

Jeison Rosario se proclamó campeón mundial WBA, IBF e IBO al noquear en el quinto asalto a Julian Williams. El dominicano incomodó y rompió los pronósticos.

Jesion Rosario posa con sus Mundiales.

Apoyó sus manos sobre la lona en el quinto asalto. Julian Williams había caído al suelo. No hubo cuenta de protección, porque besó el suelo por un tropezón, pero estaba KO. Jeison Rosario le había cazado con una derecha y una izquierda recta cuando salía. Se había equivocado y lo acababa de hacer de nuevo. Estaba fuera. Intentó aguantar, pero un upper y un crochet provocó la parada del árbitro. El campeón dejaba de serlo. Rosario se alzaba con los Mundiales WBA, IBF e IBO del peso superwelter. Daba así la campanada, ya que pocos contaban con una victoria y de esa forma. "Será una pelea fácil", preveía el estadounidense en la previa. Falló y por mucho. El dominicano, de 24 años, era menos vistoso, pero llegaba con la convicción de acabar con el brazo en alto y lo hizo: "Cuando perdí prometí que nunca más lo haría hasta ser campeón del mundo. No puedo parar las lágrimas", reconocía el nuevo monarca emocionado. Su noche fue perfecta.

Williams peleaba en su ciudad, Philadelphia, tras más de ocho años. No le pudo la presión. Salió concentrado y rápido. Su jab era un caza que volaba directo al rostro del dominicano en cuanto podía. La derecha la reservaba el campeón para situaciones claras. Dominio evidente, pero con muy poco trabajo Rosario le puso un ojo inflamado. Mal presagio. El aspirante regaló el primer asalto y sorprendió en el segundo. Dejó de estar tan plantado, empezó a meter los upper (que le entraron todos) y varió los planos. Desde ese momento el plan de Williams estalló por los aires. No dominaba la distancia y se vino abajo. Empezó a sacar manos que se quedaban cortas y quedaban expuestas. El día y la noche entre un round y otro.

En el tercer asalto todo se reinició. Williams recuperó cintura, pero Rosario ponía más trabajo sobre el ring. Variaba planos, encontraba los golpes curvos y no se confiaba. Eso sí, el campeón le iba contragolpeando con mucho criterio. Ambos fueron reduciendo la distancia con el paso de los asaltos, intercambiaban sin miramientos e impactaban con manos claras. En el quinto asalto estuvo la clave. Williams llegaba más castigado, y le pasó factura. Rosario vio que el estadounidense estaba mal posicionado de pies, intentó salir y se quedó en mala posición: derecha recta y una izquierda recta. Entraron claras y duras. Letales, porque Williams puso el modo supervivencia en ese momento.

Intentó agarrarse, pero Rosario se lo quitó de encima. Era el campeón, favorito y estaba en casa... el árbitro le dio un poco de chanza. Demasiada, porque se tomó unos diez segundos para recuperar la verticalidad. Le echó arrijo, pero otro upper al que Rosario acompañó con un crochet le destrozó. No cayó al suelo porque las cuerdas le sujetaron. Podría haber llegado una cuenta, pero las concesiones del árbitro se habían acabado. Williams estaba KO y Jeison Rosario era campeón. La primera sorpresa de 2020 tardó solo 18 días en aparecer.