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BOXEO

Munguía luce virtudes y defectos para acabar con O'Sullivan

Jaime Munguia derrotó por KOT a Gary O’Sullivan en el undécimo asalto. Debutó en el peso medio, ganó el WBO Intercontinental y retó a los campeones de la división.

Actualizado a
Jaime Munguía celebra su victoria ante Gary O'Sullivan.
Golden Boy Promotions

“Me siguen haciendo falta cosas, pero vamos mejorando”, aseguró con sinceridad Jaime Munguía tras derrotar a Gary O’Sullivan en San Antonio (Texas). El mexicano castigó con dureza al irlandés durante todo el combate y provocó que en el undécimo asalto, tras un vendaval de golpes, la toalla volase desde la esquina contraria. O’Sullivan resistió como un jabato y también dejó en evidencia los errores defensivos que todavía comete el de Tijuana. “Es un trabajo largo y algunos conceptos son difíciles de asimilar”, avisaba Erik ‘Terrible’ Morales, su entrenador, a AS en la previa. Es cierto, todavía hay mucho que perfeccionar en el plano defensivo y más con el camino que pretende tomar el mexicano: “Quiero a Canelo, Golovkin... a los mejores de la división”, espetó el púgil. Mira demasiado alto, todavía.

Munguía mostró mejoras evidentes en su boxeo. En el primer asalto O’Sullivan le dejó hacer y él se soltó. Comenzó con combinaciones cortas y fue alargándolas variando los planos a la perfección. Se presuponía que el irlandés iba a ser una buena piedra de toque, y así ocurrió. Desde el segundo acto, en la esquina del europeo le pidieron más trabajo. Lo incrementó de manera progresiva y en el tercero tuvo su mejor momento. Munguía era constante, pero cuando se acercaba el final daba un arreón. Lo leyó O’Sullivan, quien clavó una contra de derecha en la pera del mexicano. Lo resistió el joven, pero eso dio un vuelco al combate. Desde ese momento Munguía reservó mas y no dudó al terminar: “Me sentí un poco inseguro. Cuando parecía que estaba peor sacaba sus golpes más duros. Por eso quise cansarlo, para que bajase su potencia. Estaba confundido sobre cuándo atacarlo”, reveló. Errores de juventud, y es que aunque sumó su 35ª victoria como profesional (28 por KO), todavía tiene 23 años y se nota.

Desde ese momento O’Sullivan creció y sacó más ritmo. Munguía bajaba su izquierda por sistema y fue la autopista que encontró el irlandés. Durante varios asaltos el mexicano estuvo un tanto perdido. En el sexto rounds llegó a perder un punto debido a un golpe bajo, y es que combinaba bien los planos, pero jugaba en el límite con las manos a la zona hepática. Esa acción le hizo despertar y volvió a lucir un trabajo más completo. En el séptimo asalto el europeo estuvo al borde del KO, pero su experiencia le hizo resistir y llegar al descanso. Algo similar ocurrió en el noveno y en el décimo. No fue así en el undécimo. O’Sullivan se llevó una paliza, porque Munguía nunca dejó de sacar manos potentísimas tanto al cuerpo como al rostro. El árbitro rozó la parada unos instantes antes de que volase la toalla… su coraje fue enorme y eso hacía que todos confiaran en que podría resistir, pero al final nadie como su esquina conoce a O’Sullivan y detuvieron el pleito en el momento idóneo. Ahora Munguía mira al futuro, el reclama a grandes campeones, pero con el WBO Intercontinental que se llevó y siendo retador oficial, el que parece que se acerca es Demetrious Andrade. Aunque de momento todo son habladurías. A él, de momento, le toca regresar al gimnasio y seguir su aprendizaje.