Las Guerreras, a semifinales del Mundial tras la derrota de Suecia
Rusia fue inabordable para España, que accedió a las semifinales del Mundial después de que Suecia cayese ante Montenegro por 26-23. Ahora espera Noruega.
“Somos un país pequeño, y orgulloso”, suele contar el montenegrino Alen Muratovic, jugador del Cangas. Pues en manos de esos orgullosos balcánicos estuvo el futuro de España en el Mundial, que logró el pase a las semifinales después de que Montenegro lograse una victoria ante Suecia por 26-23 que impidió a las escandinavas superar a España en la clasificación, donde en caso de haber ganado habrían logrado el pase gracias al goalaverage global. Con esta victoria Montenegro se aseguró su plaza en el Preolímpico tras superar a las suecas en la tercera posición de su grupo en la Main Round. Las Guerreras lucharán este viernes por una plaza en la final ante Noruega, que terminó primera de su grupo tras ganar a Alemania por 32-29.
Todo eso porque esta mañana pasó lo que cualquiera se maliciaba, que Rusia pasó por encima de las Guerreras de manera inmisericorde con ese rodillo físico infalible que no se desorganiza. Desde la portería, donde Seydokina volvió a mostrar por qué es la mejor del momento, hasta la lateral diestra Frolova (nueve tantos sin fallo), no hubo ninguna que estuviese fuera del partido.
Salvo de 2-0 inicial de España, el resto del choque fue ruso, sin fisuras, un bloque sólido en defensa y en ataque buscando siempre el uno contra uno, bien con desplazamientos largos, o bien con bloqueos directos. Así evitaban las ayudas españolas que no llegaban a tocar a las lanzadoras potentes de la selección de Ambros Martín.
En el descanso, 12-16, aún dejaba un resquicio a las matemáticas; al final el 26-36 había terminado con las matemáticas. Si gana Suecia pasa como segunda. Para evitar eso, antes Viver había apostado por una carta desesperada: atacar con siete, retirar a la portera. Un riesgo necesario que salió mal porque las Guerreras perdieron ataques no muy elaborados, y encajaron goles desde 50 metros, si nadie que tapase el tiro.
No fue el día de nadie. Entre la responsabilidad, el cansancio, la superioridad fìsica rusa, no hubo chispa en la cancha. Y ese grado de inspiración el equipo se encoge y las Guerreras dejan de ser atrevidas. La realidad es que antes, durante todo el campeonato, sí habían hecho sus deberes, superado con nota las exigencias, que se habían aumentado por el buen todo que daban.