Haney: el 'nuevo Mayweahter' reclama un sitio en la élite
Devin Haney retuvo el sábado el Mundial WBC del peso ligero en un combate en el que ganó con holgura, pero fue complicado. Quiere unificar en 2020.
La velada de este sábado en el Staples Center de Los Ángeles tiene muchas lecturas. La primera está clara: los reyes de la noche fueron los youtubers KSI y Logan Paul... aunque la estrella fue Devin Haney (24-0, 15 KO). El estadounidense, de 20 años (hará 21 el domingo), fue el púgil que más cobró del evento (1 millón de dólares) y su incursión en el show no fue casual. Este 2019 firmó un contrato con Matchroom. Ganó el Mundial Interino WBC del ligero, que pasó a ser absoluto al convertir ese organismo a Vasyl Lomachenko en campeón franquicia, y con solo 56 días de descanso su nuevo equipo decidió ponerlo en liza.
Quería que luciese y comenzase a ver aumentada su fama (sobre todo entre el público menos experto), pero la pelea no fue como preveían. Alfredo Santiago dio batalla y aunque Haney ganó todos los asaltos no acabó de maravillar. Pese a ello, fue un buen momento para que demostrase su humildad. "Es un combate del que he aprendido mucho", reveló. Se ganó al público y después hizo el anuncio que se preveía. "En 2020 quiero unificar y me gustaría enfrentarme a Lomachenko", es su objetivo. Se trata de un gran prospecto y es consciente de que si quiere crecer rápido no debe evitar a nadie.
Haney está preparado, al menos para intentarlo, y es que con 20 años dejó destellos de su gran veteranía. La posee. Comenzó a boxear con siete años para intentar controlar sus problemas con TDH. Su padre, que le entrenaba, vio futuro en él y abandonaron San Francisco para mudarse a Las Vegas. Allí, entrenó mucho tiempo con Mayweather Jr., a quien considera un mentor y de ahí la comparación que se hace entre ambos. Quería ir a Río 2016, pero por su edad no podía y decidió debutar con 16 años. Hasta los 18 tuvo que boxear en México y con 19 decidió ser su propio promotor. Todo por cumplir su sueño de ser una leyenda en su deporte. Con 20 años y dos Mundiales bajo su brazo puede serlo. Quiere estar en la élite, y ya ha reclamado su espacio.