Japón hace historia metiéndose en cuartos de su Mundial
Los anfitriones jugarán la fase de eliminatorias por primera vez a costa de Escocia, que sufre su segunda eliminación en grupos de la década.
Escocia entró al Mundial como un elefante en una cacharrería y sale de él por la puerta de atrás. El hueco que parecía tener reservado en cuartos de final será para Japón, por primera vez entre los ocho mejores tras ganar en Yokohama (28-21) el partido más importante de su historia.
Uno eléctrico, vibrante, que estuvo a punto de suspenderse en un fin de semana en el que parte del país ha quedado anegado por Hagibis, el tifón más violento en 60 años según el servicio meteorológico, que ha dejado 18 muertos hasta ahora y tres encuentros del torneo cancelados. Los Cherry Blossoms hicieron de tripas corazón; de la desgracia, furia. Desde el Kimi ga yo, el himno nacional,que dejó lágrimas y pelos de punta en un abarrotado Estadio Internacional de Yokohama.
El ensayo de Finn Russell en los primeros compases del choque fue una nota en el pie de página de la primera parte. Se impuso el rugby expansivo de Japón, el que venía practicando en los últimos tiempos el Cardo. No lo hizo en esta ocasión. Regresó a la ortodoxia caledonia, al castigo físico, pero lo hizo sin convicción. Desangrándose en la melé con un inoperante Dell, que en su desesperación llegó a dirigir algún gesto inaceptable al árbitro (también lo hicieron Russell o Nel), y dejando huecos en los costados de su cortina defensiva que aprovecharon Matsushima y Fukuoka para posar dos de los tres ensayos nipones de la primera parte. El otro fue obra de Inagaki.
El ruido de gaitas que invadió la escena durante el descanso sugería la posibilidad de una última carga escocesa, su particular Little Big Horn. Morir matando, como Custer. El cuarto de Japón, obra de nuevo de Fukuoka, pareció helar los ánimos del Cardo, pero Townsend refrescó su delantera y Nel y Fagerson, entre el 49’ y el 54’, recortaron distancias.
Lo intentaron hasta el final los británicos, manteniendo intacto su ardor guerrero, pero se toparon con el estajanovismo japonés. La mezcla terminó fabricando un desenlace agónico y precioso, en el que Escocia no consiguió rascar nada y consumó la segunda eliminación en fase de grupos del Mundial en lo que va de década y de su historia. Japón, primera de grupo, se medirá en cuartos con Sudáfrica el próximo domingo 20 de octubre.
Un rival al que ya ganaron en su mayor apoteósis hasta la fecha, la de Inglaterra 2015, y al que cualquiera se atreve a dar por claro favorito ahora, aunque lo sea a todos los efectos. Irlanda, por su parte, es la víctima colateral. Segunda del grupo, tendrá que hacer frente a los All Blacks un día antes en Tokio, la capital de un país que apostó firmemente por el rugby y ahora saborea los dividendos de su inversión.