Cintia Rodríguez no se arruga ante su primera final mundial

La balear Cintia Rodríguez (Inca, 23 años) disputará este jueves su primera final general (16:00) en unos mundiales, donde Simone Biles acapara toda la atención. La única española en esta jornada en Stuttgart considera “que las estadounidenses son un poco especiales y reservadas; es lógico, porque hay cientos de personas a su alrededor”. “Las rusas son más cercanas, también porque comparten muchos entrenamientos con nosotras en Palma de Mallorca en los veranos”, asegura.

Cintia lleva un año redondo: finalista en el Europeo y en el Mundial. “Me tocaba, porque he estado en tres finales continentales, y esta es la primera en unos Mundiales. Claro que tengo ilusión, porque sabía que podía lograrlo; se lo avisé a Pedro Mir, mi entrenador, que me veía con posibilidades”, asegura esta estudiante de criminología, que en Alemania tiene su público, sobre todo aficionados bávaros: “Llevo diez años en la Bundesliga, con el club Tittmoning, y aunque son cinco días al año, la verdad es que me reconocen y me paran".

En la clasificación, la seleccionadora Lucía Guisado la colocó casi siempre en las primeras posiciones de la rotación: “Es que soy una gimnasta segura, y por eso un 1-2-2-3 (puesto en que aparece en cada ejercicio) como estrategia de equipo. No sé qué hubiese pasado de salir en otra posición, pero lo importante en Stuttgart era el equipo, conquistar la plaza para los Juegos Olímpicos, como hemos conseguido”.

Parte con la peor nota de las 24 finalistas “pero eso da igual. Es una competición nueva y puede pasar de todo. Seguro que hay gimnastas con mejores notas que se han quedado fuera. Lo que se trata es de hacer una buena competición”.

Se metió entre las mejores con 52,799 puntos, y da la impresión de que tiene margen de mejora en la barra de equilibrios (12,60) y en el suelo (12,80). Con más de 54 puntos, aunque no le dé para mirar cara a cara a las estadounidenses Biles y Sunisa Lee o a la francesa Melaine Dos Santos, puede dar su salto mortal hacia los puestos de prestigio en la general en el Palacio Hanns Martin Schleyer.